Una Navidad astrológicamente excepcional que nos propone una auténtica renovación
La fiesta de la Natividad del 25 de diciembre se produce este año el último día de la Luna de Sagitario y en puertas de la conjunción Sol/Luna en Capricornio, el día 26 de diciembre, (a 4º), y cuenta además con la presencia de Júpiter prácticamente en el mismo grado, (5º de Capricornio).
Si bien todas las celebraciones navideñas podrían parecer iguales, -se conmemora un acontecimiento que ocurrió hace más de 2000 años como un símbolo de Luz para la conciencia humana, -Joshua, Jesús El Cristo- nació e impulsó una de las movidas espirituales más grandes de la historia de la humanidad-, sin embargo este año hay particularidades excepcionales que van a marcar un hito, sobre todo para quien quiera vivirlo en su aspecto más trascendente. La Navidad es el punto de arranque, la Nueva Luna sigue después.
En RedMilenaria.com ya hemos explicado el simbolismo de la Navidad. Pero este año es especial porque desde hace muchos siglos no se dan tránsitos planetarios de este calado en Capricornio. Aunque seguiremos hablando de esto, valga este pequeño aperitivo para tomar conciencia de la importancia de este momento cósmico.
La última vez que se vio juntos a los 3 planetas que pernoctan en Capricornio fue en el siglo XIII. Ha habido otras conjunciones entre Saturno y Plutón, o Júpiter y Saturno o Júpiter y Plutón en otros signos, pero los 3 en Capricornio llevan siglos sin coincidir. Por lo tanto, podemos ver en este nacimiento simbólico una carga energética de gran calado porque pone en movimiento muchas piezas, acontecimientos inéditos que tendremos que ir observando y analizando.
Hay otro dato importante y es que los Solsticios ya han puesto en alerta máxima nuestra experiencia vital para que nos alineemos con nuestro propósito en la vida en conexión con Gaia, la Tierra. Recordemos que precisamente desde 1962 hasta 2034 estamos alineados eclípticamente con el plano galáctico, algo que solo se da aproximadamente cada 6500 años, lo que supone una vuelta de tuerca más a la conciencia para que no se despiste.
La excepcionalidad de este año está marcada por la activación de las fechas de los Solsticios, el Nacimiento Crístico, la Nueva Luna y las diversas conjunciones que se irán formando entre Júpiter y el Nodo Sur, (8 de enero 2020); entre Júpiter y Plutón, (5 abril, 30 de junio y 12 de noviembre 2020), entre Júpiter y Saturno, (en Acuario el 21 diciembre 2020); y entre Saturno y Plutón, (12 enero 2020), tenemos el terreno abonado para se den grandes cambios o cataclismos que va a experimentar nuestra naturaleza humana.
Mi intención no es marear a nadie con estos datos, sino reflejar la enorme importancia de lo que estamos viviendo, porque va a marcar un antes y un después en la fabulosa ventana que se ha abierto en el tiempo y el universo a la que tenemos que asomarnos para no sentirnos fuera de órbita.
La Navidad es ese momento estelar en el que la personalidad más lumínica quiere emerger, pero al acontecer justo antes de la Nueva Luna de Capricornio, nos desafía a realizar una limpieza absoluta, enfrentándonos a nuestras sombras ocultas en el sub e inconsciente; esta es la tarea que nos sugiere Plutón para prepararnos, porque los miedos ocultos piden a gritos ser resueltos.
Saturno nos dará claves de cómo actuar dentro de los límites porque no podemos saltarnos las reglas, y hay que aceptar el destino cuando se manifiesta, no como una losa sino como una experiencia que nos lleva a reconsiderar las situaciones, a reubicarnos y actuar con la razón y la coherencia por delante.
El Nodo Sur en Capricornio, esa Cola de Dragón como lo expresaba Kabaleb, es el abismo más negro e insondable que tiene que ser vaciado de toda contaminación, sin pretexto ni excusa alguna, como solía decirnos cuando algo era ineludible. Hay que limpiar la memoria celular y eso cuesta mucho más que hacer zafarrancho en casa.
Júpiter dinamizará todo este programa. Le pondrá incluso notas de humor, ayudará a relativizar, a buscar la bondad en nuestro corazón para rescatar esas excelencias de las que tanto desea alardear.
Todas estas energías en el Cielo de Capricornio, que corresponde al punto más elevado del Mapa Astral, nos reclama empoderamiento, nos exige un reconocimiento, saber dar la talla, reafirmarnos y saber lo que nos conviene y lo que no.
Todo ello para beneficiar nuestra voluntad de acción e implicarnos activamente en este nuevo nacimiento astral, mental, emocional y espiritual.
No nos quedemos en una mera declaración de intenciones.
Te invito a vivir la mejor Navidad de tu existencia, solo superada por las siguientes.
¡Feliz y Amorosa Navidad!