Números que esconden una valiosa información que va directa al inconsciente: ¿estás dispuest@ a descubrirla?
Desde estas páginas podemos parecer algo reiterativos, insistentes, decididos a dar nuestra opinión acerca de lo que ocurre en nuestras circunstancias, pero desde una visión profunda, diferente, simbólica, y en este caso se trata del análisis en clave cabalística del artículo 155 de la Constitución de las Cortes españolas. Deseo huir del insistente enfoque catastrofista con el que nos bombardean todos los días, y no solo desde los medios de comunicación, sino que la gente, las personas, se han convertido en telediarios vivientes, activos, como retornados, descendientes de los tiempos de la edad oscura, y así nos va; el mundo parece estar loco, loco, loco. Desde oriente a occidente parece que el Apocalipsis está haciendo su agosto, y ya explicamos lo que significaba ese “anuncio” de lo que vendrá, pero que más que unas predicciones, son proyecciones porque, entre todos, estamos desde hace tiempo montando la tramoya de ese caos del cual nos quejamos tanto, (aunque soy optimista, la entropía acaba dando grandes oportunidades de crecimiento, es el llamado caos creativo del que tanto se habla).
El "155" en clave numerológica pretende aportar una lectura diferente para que nos demos cuenta de que todo puede analizarse y trascenderse, y que aprovechamos cada una de las circunstancias que nos tocan vivir superando los condicionantes que nos limitan, que pretenden "colocarnos" desde la periferia. Ya se ha analizado bajo todos los aspectos este controvertido y polémico artículo 155. Pero busco, desde mi especial contemplación de la vida, ir un paso más allá y comprender qué estamos viviendo bajo la capa superficial de cada una de nuestras vivencias.
El análisis numerológico basado en la Numerología Cabalística, permite determinar la vibración, el estado energético de una persona, de una empresa, de un acontecimiento. Es una gran ayuda a la hora de averiguar qué representa tal o cual número en nuestras circunstancias. Todas las cifras se pueden analizar, todas contienen un potencial manifiesto, (matemáticas) y simbólico o metafísico, (hermenéutica del número). Hay infinitos códigos numéricos, como infinitas son las combinaciones que pueden hacerse. Por ejemplo, para programar una computadora es necesario trabajar con códigos, de lo contrario no nos sería de ninguna utilidad. Lo mismo ocurre cuando estudiamos la hermenéutica de los números, porque estos nos permiten conectar con estados de conciencia. En nuestra psique, en el imaginario colectivo, se acumula mucha información que proviene de estos códigos internos y solo los interpretarán los que se interesen por su estudio.
Esta claro que llegamos a la existencia un día, un mes, un año, a una hora determinada; estos son nuestros primeros códigos de referencia. Con ellos podemos establecer unas bases energéticas muy importantes, saber a qué vibraciones estamos conectados. Estamos inmersos en una sopa cuántica de números que hacen funcionar todas nuestras estructuras. ¿Por qué damos importancia a los números de nuestra cuenta bancaria, a las claves de acceso de nuestros celulares, de las computadoras, etc., y no damos fundamento a otros muchos códigos que activan otra clase de consignas en nuestras circunstancias?
Desde hace unos meses nos están metiendo el “155” en vena como la aplicación de una serie de medidas gubernamentales que para unos es la peste, para otros la panacea. Pero si lo miramos más allá de la política, lo cierto es que el “155” es un código al que estamos todos conectados, vivamos o no en Cataluña; se menciona a todas horas y no nos estamos enterando realmente de lo que significa. ¿Qué pretende el 155, qué representa en nuestra psique y para nuestras emociones, qué nos sugiere y qué tenemos que entender?
Analicemos los números del “155”
En primer lugar aclarar que los códigos en base 3 representan las unidades, las decenas y las centenas y los relacionamos con la expresión física, (unidades); la emocional, (decenas); y la psíquica, (centenas). Estos códigos sintonizan con los tres cuerpos que poseemos, físico, emocional y mental y, por lo tanto, generan hechos, circunstancias que afectan nuestra vida.
1. Es el máximo símbolo de la unidad. Se asocia al motor de todas las cosas porque expresa el inicio de cualquier actividad y su propósito es impulsar la voluntad de acción. Cuando se encuentra en el principio indica que algo nuevo va a suceder, que hay que prepararse a vivir nuevas experiencias. Pero es imprevisible, audaz y temerario, no se basa más que en sí mismo para probar si algo funciona y es muy dado a la discusión, a la controversia. El 1 tiene una fuerza descomunal y una energía psíquica de difícil domino. Es la abstracción frente a la realidad de la experiencia. Se ignora cómo va a actuar más que lanzándose a la experiencia, es la incertidumbre.
5. El 5 en segunda y tercera posición, anima el 1 a sentir que la fuerza se enfoca a la consecución de los deseos. Simboliza al ser humano que busca la lucha y es un número destructor de lo temporal, mutable y perecedero. Es el primer número que manifiesta todas las posibilidades del universo, y por ello los pitagóricos lo tenían como signo, como símbolo para reconocerse, es la estrella de cinco puntas. Tenemos al 5 como representante de los 5 sentidos y formas sensibles de la materia. Es un número matriz de todo lo creado por su relación con el Sephirah Gueburah y su representante, Marte. Hay mucho rigor en este código por los dos 5 consecutivos y su relación con el esfuerzo con el que se hacen las cosas. Transfiere una gran energía, por lo tanto es como tener la sensación de lucha y conflicto permanente. El 5 tiene como misión enderezar los desmanes del 4, (del paraíso). Cuando el 5 se manifiesta es el momento de ponerse en movimiento. Sus claves son: rectificación, vida, muerte, como final, cambio.
Conclusión
Mi conclusión, para aquellos que quieran activar la vibración de esa conciencia numérica, es que el código “155” nos sugiere de modo apremiante que nos activemos, que iniciemos un nuevo camino, que busquemos nuevas opciones. Lo que está obsoleto está dejando de ser útil y urge tomar conciencia de lo que tenemos que cambiar. Este es, a mi entender, uno de los propósitos y una de las principales tareas a la que nos lleva este código. Pero no nos dice cómo, no nos da una solución definitiva, ya que la energía del 155 es la de la debacle, de la lucha para eliminar, erradicar la inoperancia, la desidia, la corrupción. No haciendo nada no se encontrarán ni respuestas ni soluciones. Es como si el el 155 provocase la rebeldía, el conflicto interior porque es necesario hacer grandes reformas y esforzarse realmente para encontrar la armonía, la plenitud, tal y como expresa el 5, la estrella de 5 puntas, la luz que guía el conocimiento y la sabiduría. Su intención es mejorar, romper las cadenas de la inercia o del continuismo, nada puede gestarse sin el 5, (Letra HE en el alfabeto sagrado) por partida doble, es un número adscrito a la sangre y al ADN.
Por lo tanto, más allá de la aplicación política y polémica de este artículo de la Constitución, (que en mi opinión, numerológicamente sí refleja correctamente este código en la intención que tiene el decreto; escogieron adecuadamente los números aun sin saberlo), podemos extraer información que nos puede ser útil para entender las cosas desde la profundidad. (Hace poco una buena amiga me sugería analizar todos los artículos de la Constitución para ver si sus números coincidían con la óptima aplicación de sus acepciones, ¡horror, socorro!)
Que en primer lugar quien lo impone y quien lo recibe se ve impelido a promover un cambio de actitud, y que, si no es con la intención de renovación, y sus medidas son la restricción y control, de nada va a servir.
Que se nos dice de manera expeditiva que aprovechemos nuestra voluntad positiva para activar la renovación y que seamos conscientes de nuestro poder personal y artífices de nuestros resultados.
Cuando desde fuera nos “adoctrinan”, es que hay una lección interna por asumir, para que no sean otros los que vengan a leernos la cartilla imponiendo sus ideas. No se trata de movimientos de derechas, de centros o de izquierdas, sino del propio sentido común para que nadie venga a aplicarnos un “155” por la vía del apremio y nos sintamos desactivados, intervenidos. Cuando algo acontece en el panorama exterior todo se acaba removiendo en el interior de nuestra condición humana. Que el “155” sea una clave de enmienda, de revolución, de conciencia y nobleza por encima de todo, personal.
No necesitas que lleven las riendas de tu destino, eso es algo que solo depende de ti para que nadie te administre un “155”.
Y a ti, ¿cómo te afecta el “155”?