Cuando el joven llega a la adolescencia no hay manual de instrucciones fidedigno que oriente a los padres. La psicología es una buena ayuda, pero cada caso debe estudiarse de forma muy personal. El adolescente entra en el mundo de las emociones sin comprender qué le ocurre, todo cambia, se le exige un comportamiento que no puede asimilar, no sabe quién es, ni de lo que es capaz. Deja la infancia pero no está maduro aún para entrar en la etapa adulta. El análisis de su Carta Astral nos ayuda mucho a orientarle, a saber con qué potencial cuenta. Se trata de establecer un diálogo entre su parte más trascendente y su programa humano y se le ayuda a comprender que tiene grandes posibilidades de desarrollo, en contra de lo que él mismo cree y que gran parte la sociedad le vende.
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