La ecología nos pide que seamos más conscientes de lo que contaminamos: ¿Tú reciclas?
La polémica de los lazos amarillos versus lazos rojos, yo los pongo y tú los quitas, está llegando a un nivel de crispación digna de un folletín de la saga de Dallas. Hay quien se dedica a colocarlos y quien se entretiene en quitarlos. Unos y otros reivindican sus opiniones mediantes símbolos: lazos, banderas, himnos, etc.., más allá de la esencia, del fondo de la cuestión, se vuelcan en el efecto, tratando de exponer, blandir, reprimir, ofender al contrario en una discusión bizantina, que se está quedando en una pantomima, cuando las motivaciones profundas, los sentimientos y exaltaciones emocionales, el significado real, se están quedando en ascuas. Ambos frentes están en pie de guerra tirándose los bártulos a la cabeza cuando, a mi entender, el deseo de solucionar las cosas, de dialogar, se ha esfumado o estancado. Si Sócrates o Platón levantasen la cabeza se preguntarían dónde fueron a parar sus disertaciones, su filosofía, las sanas discusiones que se practicaban en el ágora para que la política fuese realmente lo que debería ser: la ciencia que trata de buscar y encontrar soluciones para el conjunto de la sociedad.
Mientras tanto asistimos a pantomimas que distraen la auténtica necesidad de escuchar de forma equilibrada, pacífica, respetuosa, la opinión del contrario y buscar formas y vías de resolución de los conflictos. Mientras tanto hay quien se dedica a ensuciar los montes, los campos, los pueblos de montones plásticos, demostrando ser muy activos en sus ideales, pero muy poco cabales y cuidadosos con su entorno.
Cuando el interés por conservar el planeta se está incrementando, cuando la ecología pide a gritos más concienciación para dejar de amontonar residuos; cuando hay países que ya están prohibiendo el uso indiscriminado de plásticos, hay quien sale a la calle con un montón de plásticos para reivindicar su postura, -totalmente lícita-, pero sin la conciencia de que por querer exponer su ideal se están cargando el ideal del planeta, (después probablemente reciclarán en casa). ¿Dónde está la coherencia?
Cuando paseo por mi hermoso pueblo, a lo largo de la costa catalana y tengo que recoger no pocos plásticos caídos para que no vayan a parar al mar; cuando compruebo que han pintado con pintura permanente paredes de piedras centenarias, monumentos que sí son símbolos de la historia, me echo las manos a la cabeza y pienso: ¿estas personas aman de verdad su tierra, o es que en nombre de sus ideas todo vale?
Hemos creído que los seres humanos estamos por encima de Gaia, y este ha sido nuestro error. La Tierra es un ente vivo que nos cobija, sin él, sin ella, la raza humana no existiría, por lo tanto a esa Madre hay que cuidarla, no castigarla. El respeto a la libertad se basa en la igualdad.
Seamos un poco más honest@s, tengamos una visión más entera e inteligente, llevemos los ideales en el corazón, reivindiquemos nuestra solidaridad con acciones cabales y coherentes pero, por favor, dejemos de castigar al paisaje, de polucionar la pureza tan mermada de nuestras bellas tierras.
¡Plásticos no, gracias!
Enlaces con apuntes reveladores acerca del (mal) uso de las bolsas de plástico, los países que las han prohibido y las medidas llevadas a cabo para paliar su uso:
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La prohibición más dura contra el uso de bolsas de plástico se impuso en Kenia y está funcionando (Fuente ElDiario.es)
Usar bolsas plásticas está prohibido y las multas son bastante duras: hasta 30.000 euros e incluso penas de cárcel de cuatro años -
Nuevas tendencias para reducir el uso de plásticos (Fuente EsGlobal.org)
Cada año, los europeos generamos 25 millones de toneladas de residuos plásticos, pero reciclamos menos del 30%. En todo el mundo, los plásticos suponen el 85% de los residuos que llegan a nuestras playas y costas. -
Al menos 14 países ya han prohibido la utilización de bolsas plásticas en el mundo (Fuente LaRepublica.co)
Consideradas un elemento letal para el cambio climático y las especies animales, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el plástico mata alrededor de un millón de aves marinas y 100.000 mamíferos marinos. -
Un planeta asfixiado en plástico (Fuente ElPais.com)
Reducir el uso de este material se ha convertido en la principal batalla medioambiental junto a la del cambio climático. Consumidores, instituciones y empresas empiezan a tomar medidas - Países donde no puedes llevar bolsas de plástico (Fuente ViajesRangali.com)
Soluciones para eliminar la contaminación actual por plásticos en los océanos
El fondo de los océanos ha sido menos mapeado que la superficie de Marte, por suerte Boyan Slat y su equipo han desarrollado un estudio junto a la Fundación Ocean Clean Up que empieza a ver la luz entre tanto plástico.
En este vídeo Boyan Slat explica personalmente su proyecto
En este otro se puede ver cómo está previsto que funcione
Infografía
Países que han impuesto medidas sobre el uso de bolsas de plástico obtenida de Wikimedia commons (actualizada el 10/08/2018). Haz click en la imagen para hacer zoom.
La era de los móviles...
Me pregunto si ‘la era de los móviles’ quizá activa demasiado la mente en detrimento del cuerpo, corazón, conciencia, silencio, reflexión y recogimiento... y si nos estamos consumiendo energéticamente. El debate sobre los lazos, roza posiblemente el fanatismo entre bandos/opuestos y destruye lamentablemente el Patrimonio Natural y Cultural de todos. Hasta ahora los grafitis o residuos encajaban en la urbe (hasta cierto punto) y es necesario que deje de extenderse a la naturaleza los desechos plásticos, escombros o de cualquier tipo en que el reino animal y vegetal, y en consecuencia la humanidad, se están viéndo muy perjudicados como se apunta conscientemente en esta publicación.
Muchas gracias Arcadio!
Sí, totalmente de acuerdo contigo. La manifestación de unos ideales no debería jamás ir en detrimento de un patrimonio natural como bien dices. Los reinos mineral, vegetal y animal son nuestros guardianes, y los utilizamos como cobayas. Tu reflexión me parece muy acertada cuando hablas de un consumo energético que al final devasta la conciencia de lo que está bien y de lo que no lo está. Muchas gracias por estar. Un abrazo!
En respuesta a La era de los móviles... por Arcadio Naranjo