Surcando el océano, un desafío físico, emocional y mental analizado en clave cabalística.
La Talisker Whisky Atlantic Challenge, la travesía a remo más dura el mundo, un reto emocional de alta resistencia.
Los 4 magníficos, son los héroes de la regata a remo más dura del planeta, la Talisker Whisky Atlantyc Challenge. Miembros del equipo oceánico catalán-español Ocean cats, remo en mano, en autosuficiencia absoluta, han conseguido un hito: el pódium de la victoria, culminando las 3000 millas, (5000 kilómetros), que separan la isla de la Gomera del puerto Nelson’s Dockyard, English Harbour, en la isla de Antigua, en Antigua y Barbuda, en 31 días, 17 horas y 9 minutos, el pasado 13 de enero 2023.
Fuego, Agua, Aire, Tierra
Además de impresionarnos con esta gesta, ¿qué tiene de trascendente, esta increíble aventura? Pues, en un nivel de análisis más profundo, 31 días bregando con un elemento rebelde como es el Agua, -en clave simbólica-, da para mucha reflexión. Toda experiencia expresa una condición humana, física, emocional y mental.
La primera motivación social de este equipo extraordinario de remeros, era ecológica; concienciar a la población del peligro de la extrema contaminación de los océanos con los microplásticos que polucionan todo el ecosistema. Su reto, sin duda, es el nuestro, y esperemos que, del esfuerzo titánico de esos 4 deportistas, Sergi Franch, Juanba Moreno, Joaquim Planells, Martí Ramirez, surjan más propuestas y disposiciones para proteger nuestro medio ambiente.
Yod-He-Vav-He
Los 4 elementos están presentes en cualquier clase de iniciativas, con la dinámica de Yod-He-Vav-He, y en este desafío extremo, esa fórmula resulta imprescindible y se aplica de forma muy específica. Sin disciplina resulta imposible cristalizar un objetivo, y menos una regata que supone un reto extraordinario. Cuando necesitas encontrar la motivación suficiente para turnarte cada 2 horas para remar durante las 24 horas del día, o te organizas física, emocional y mentalmente, o te pierdes en el intento. Tengo que decir que he seguido muy de cerca este acontecimiento, ya que conozco muy personalmente a uno de los protagonistas, y la aventura emocional y psíquica de su heroicidad es lo que más me ha fascinado.
El inicio de su reto se remonta a 4 años atrás, -los que se necesitan, como decía a menudo Kabaleb, para perfeccionar cualquier iniciativa-, 4 años en los que se desarrolla la trama del proyecto. Cuando nace el propósito, se manifiesta la fase Yod, la energía del Fuego que hace que salte la chispa para arrancar el motor de la voluntad, que es algo que se estrena y se entrena, para que la descarga de ilusiones, de arrojo, se mantenga viva.
Después, una vez retroalimentada esa voluntad de acción, el segundo año servirá como fase He, de interiorización del proyecto. Hay que “aprehenderlo”, que penetre con fuerza en el interior para mantener en ascuas la llama de esa emoción, de ese objetivo. La fase He, es, de hecho, la más delicada, porque el riesgo de que el Agua apague el Fuego es real, y que toda la ilusión y la esperanza se pueden frustrar cuando no se calculan los riesgos, cuando no se interioriza y alimenta adecuadamente el propósito, cuando al programa le falta dedicación; si no lo sustentas, expira.
Si todo va bien, el tercer año, en la fase Vav se da forma a la estructura y se pone en marcha la mecánica y dinámica de todo el plan. Surgen los pros y contras, todo lo que hay que tener en cuenta para la organización práctica del proyecto; las gestiones. Es un año especialmente comunicativo, hay que buscar ayudas, patrocinadores, apoyo mediático, hacer diversos ensayos, promoción y todas las tareas que van a crear esa realidad. La fase ejecutiva está muy cerca y todas las ideas que se pongan en común van a sumar. Es una etapa muy activa, Vav es el tercer paso e implica mucho movimiento.
En el cuarto año deben aparecer las facilidades, todo está prácticamente listo. Es el periodo 2ºHe, el de la materialización. Es una etapa que se hace larga, porque el ensayo prueba-error es intenso; hay que comprobarlo todo una y otra vez. La embarcación está dispuesta y los bogadores ensayan sus estrategias con una constante preparación física, emocional y psicológica. Las etapas YHVH se recrean en sus psiques: voluntad-emoción-razón-acción. Todo se pone en marcha para que la realidad en ciernes sea factible.
Fueron 4 años de un proceso que, en el caso de estos 4 Magníficos, culmina con la salida de la carrera desde San Sebastián de la Gomera el 12 de diciembre, con el Sol transitando el espacio de Sagitario, signo de aventuras, de viajes, de superación de límites, en absoluta complicidad con los elementos.
A partir de la salida, se inicia otra etapa de YHVH, en la que el buen dominio de los elementos va a determinar el proceso, y no me refiero solo al clima. Van a surfear el océano con la ayuda de su voluntad, de sus emociones, de su preparación psíquica y física, un todo que debe funcionar sincrónicamente para llegar a puerto.
La Tebah, la embarcación que cruza el Océano
El impulso de la pasión por emprender el viaje pone la voluntad, (Yod), en máxima alerta, es la alegría de salir al fin y medirse con la inmensidad del océano. La embarcación es su Tebah, su Arca, el recinto material y también sagrado que los lleva a su destino, (con el que el mítico Noé emprendió su gran viaje). La Tebah navega por encima de las Aguas, un elemento rebelde, difícil de canalizar y que tantas contiendas emocionales produce a lo largo de la existencia. La barca tiene que resistir el embiste de las crestas, de los contratiempos de la naturaleza interna para que el timón no pierda el rumbo y para que la voluntad no se resquebraje. Es una travesía que pone en jaque los sentimientos contradictorios, y como en la vida misma, en medio del vasto continente emocional, la lucha por mantenerse a flote es titánica, (He), cualquier embestida puede dar al traste con esos 4 años de preparación. Solo la psique, (Vav), más preparada para hacer frente a las tempestades podrá someter, dominar las adversidades gracias al conocimiento, a la mente racional, a la conciencia templada, solo así podrán superar el fuerte oleaje.
4 bogadores, 4 conciencias, 4 cuerpos de deseos que deben remar al unísono, que deben cuidar de los compañeros por encima de ellos mismos, como rezaba una de sus frases motivadoras, para eclipsar todo atisbo de ego inferior. Una prueba sin duda que cambia la vida de cualquiera; que se merece una honda reflexión porque expresa el valor de la Amistad Incondicional, además de servir de ejemplo para cuando se enfrenten a cualquier injerencia, a cualquier incidencia.
Muy posiblemente nuestros 4 protagonistas sintieron, y más de una vez, en su itinerario, la noche oscura del alma, que no fue en la Travesía del Desierto, sino en la Travesía del Atlántico.
Ahora disponen de unas referencias sólidas para superar cualquier situación, con una capacidad de resiliencia, de autoestima, a toda prueba, porque ellos supieron trascender sus resistencias internas y llegar salvos y sanos a la meta. Eso, además de llevarse la victoria, es, definitivamente, su auténtica proeza.