EL TAUMATURGO: El hombre del más allá
El Taumaturgo es un hombre del Más Allá con poderes extraordinarios que interviene cuando el destino debe ser cumplido o modificado.
Duodécimo episodio
¿Quién fui en la última encarnación?
Las personas que adquieren súbitamente conciencia de que la vida no se termina con la muerte; los que saben que cada existencia consiste en vivir los diferentes capítulos de una gran obra, se preguntan a menudo: ¿y quién pude ser yo en mi última encarnación?
Todos sabremos un día quiénes hemos sido desde la primera a la última de las encarnaciones. Lo sabremos bien porque en el lugar llamado Mundo del Pensamiento existen unos Archivos donde se inscribe el registro de cada acontecimiento como si se tratara de una película. Hoy día diríamos que es un chip donde se almacenan todos los datos de las vidas pasadas.
Aunque los que trabajamos a las órdenes de las Jerarquías Superiores tengamos acceso a esos archivos Akásicos, que así se llaman, nos está absolutamente prohibido revelar su contenido a cualquier humano. En primer lugar los que se preguntan por su anterior encarnación obedecen, por regla general, a un impulso de curiosidad y no podemos estar a la disposición de cualquiera que busca esa información como quien pasa el tiempo, esto es algo mucho más serio. En segundo lugar, hay en el universo una ley de causa-efecto que obliga a todos los seres a vivir el reverso de sus propias acciones. Tanto si han sido seres de intachable conducta como si han perpetrado actos violentos, experimentarán de una manera u otra esas mismas situaciones. Si han sido injustos, serán víctima de la injusticia; si han sido ricos y despreocupados para con sus semejantes, vivirán en la pobreza y en la soledad; y si han sido generosos y bondadosos, procesarán esa misma generosidad y bondad.
Si cada ser humano pudiera visualizar o recordar sus vidas pasadas viendo la consecuencia de sus actos, sabiendo que va a recibir la contrapartida de todo ello, seguro que se tomaría mucho más en serio lo de vivir plenamente sus facultades más hermosas y dejaría de hacer el mal. De momento es tan grande el despropósito de los actos cometidos que las Jerarquías Superiores, Ángeles y Arcángeles, no permiten al ser humano recordar fácilmente sus vidas pasadas. Hay que prepararse concienzudamente para ello, porque no se trata de vivir un castigo, sino de tomar conciencia de lo que se es, se posee, y se genera.
No teniendo acceso libre a estos Archivos muchas personas tratan de buscar el hilo que les lleve a esas existencias pasadas. El psicoanálisis fue una vía de experimentación. En el psicoanálisis se lleva al sujeto a recordar sus primeras incursiones en la vida actual. Pero la técnica ha ido más allá, a la par del avance de la conciencia y ahora mediante un trance semihipnótico se consigue ir hacia atrás y recordar vidas pasadas. Esto no es nuevo, los antiguos egipcios ya practicaban incubaciones de este tipo.
Durante este trance, la memoria lleva al sujeto a escenas de vidas anteriores describiendo con todo lujo de detalles lo que está ocurriendo. Pero esto tiene un propósito mucho más profundo que la mera curiosidad y es comprender hechos actuales, complejos, problemas varios, mediante esos recuerdos ya que la vida es un continuo en el espacio-tiempo y todo está enlazado.
No obstante hay en estas secuencias componentes que pertenecen al inconsciente colectivo, este gran registro de toda la memoria de la vida de la tierra y hay imágenes que se cuelan como por ejemplo cuando el sujeto se ve como María Magdalena, Napoleón, Jesús de Nazareth o Dante, o cualquier otro personaje histórico relevante. Hay muchos relatos que se refieren a estas visiones y, claro está, alguno puede haber sido, pero no todos los que afirman haber sido Julio César tienen que haberlo vivido. Conectan sin duda con el arquetipo referido porque aquella visión les debe llevar a la comprensión de algún mecanismo de la psique. No podemos aquí referirnos a todo ello, pero hay que ser muy prudentes con las visiones.
Lo importante es comprender lo que se incorpora a la conciencia. La experiencia de lo vivido anteriormente condiciona el presente y no puede obviarse ya que figura en el cómputo de experiencias adquiridas con el fin de comprender qué ha venido a hacer el ser humano en la tierra. Por lo tanto es responsabilidad de cada uno vivir escuchando la voz de su conciencia. Se hagan experiencias regresivas o no, cada cual sabe lo que puede permitirse y lo que no y tiene que esforzarse en experimentar la mejor versión de sí mismo.
Recuerdo una situación por la que solicitaron mis servicios. Se trataba de una mujer que lo había pasado muy mal repetidas veces en sus relaciones de pareja. Maltratada por su marido, había huido de su pueblo por miedo a que la mataran. Se había instalado en las antípodas de aquel lugar y vuelto a establecer una relación en la que el patrón de comportamiento se repetía, volvía a ser agredida. Volvió a marcharse y muy lejos de aquel lugar fundó una familia, teniendo a dos hijos más. Los del anterior matrimonio, tres, habían quedado al cuidado de los suegros. Con todo el dolor de su corazón, emprendía una nueva singladura que al cabo de poco tiempo volvía a presentarse de la misma forma, su marido la molía a palos. Esta vez no fue ella la que se marchó, sino que el marido enfermó y murió entre atroces dolores poco tiempo después.
Se trataba de una situación que se seguía de cerca en los Mundos de Arriba, que aunque nadie podía intervenir directamente, la frecuencia de los malos tratos en tres relaciones y 5 hijos en total era algo demasiado fuerte. Esta mujer no había entendido para nada la causa de su sufrimiento. Al cabo de un tiempo se volvió a enamorar de un hombre que la amaba y respetaba profundamente. Al fin había encontrado la felicidad total. Se la veía alegre, contenta. Pero la tragedia no tardó en azotarla de nuevo. Un día sin más, su marido murió de un infarto. Ahora, aún viviendo con ese dolor, tenía claro que no pensaba emparejarse nunca más, nadie volvería a agredirla, … o eso creía ella… ya que al refugiarse en casa de uno de sus hijos, éste empezó a maltratarla… la historia se repetía.
Furiosa con la vida, se preguntaba a veces por qué había tenido una vida tan dura. La respuesta le llegó unos meses más tarde cuando mediante mi intervención, socavé los mecanismos de sus resistencias para pedir ayuda. Sabíamos desde allá Arriba que se trataba de unas experiencias que provenían del pasado en su relación causa-efecto. No es que se trate de algún procedimiento de venganza que se aplica a las personas que han causado dolor, sino más bien que la conciencia debe enterarse de una vez por todas de que tiene que avanzar positivamente en su evolución.
En su desesperación, vagando un día por la calle, con la mirada perdida, la llevé, -por artes que ahora no voy a detallar-, a coincidir con una terapeuta especializada en regresiones, experta en psicología, que se había dedicado a ir una poco más allá de los protocolos ortodoxos; quería comprender los mecanismos de la mente por otros cauces. Se había formado en terapia regresiva.
La sistuación de aquella mujer era bien conocida en el pueblo y aquel día la terapeuta se la encontró realmente mal. Por compación la invitó a tomar una infusión y una vez allí, esta alma atormentada vació su saco de penas. La terapeuta se conmovió profundamente y le ofreció ayuda. Aque fue el momento más culminante porque la tentación de aquella mujer era seguir en la misma inopia y rehusar la ayuda, pero algo le tentaba: ¿y sí al fin alguien podía explicarle lo que hasta el momento había sido incapaz de entender?
Quedaron para una sesión de regresión y fue cuando pedí permiso a los guardianes de los Archivos Akásicos para enviarle la información necesaria. Así fue como durante la sesión del regreso al pasado ancestral, el viaje la llevó a ver algunas de sus vidas. Todas coincidían en un punto que condicionaba su vida actual. En todas ellas había sido un personaje violento, inquisidor, cruel y con una falta de amor tremendo. Había tenido oportunidades de compensar a sus víctimas en las siguientes encarnaciones, pero la inconsciencia le había vencido y había seguido actuando de forma despiadada. Esa mujer visualizó cinco vidas y con nuestra ayuda fue desgranando el hilo de esa madeja enmarañada que le había llevado a la existencia actual. Lo vivía sin dolor, ya que las regresiones bien llevadas no generan más que conciencia, jamás pueden agredir.
Asumió que las faltas repetidas y la negación a modificar su comportamiento le habían llevado a la experiencia “al revés te lo digo para que me entiendas”. Que nadie más que ella debía comprender que una situación siempre tiene su causa y su efecto. Que ese ser que había maltrecho su humanidad era un ser desvalido, falto de amor, de compasión, pero que desde el fondo del corazón todo podía ser sanado y que a veces, cuando no se entienden las cosas por las buenas, recurrimos a las malas para sellar el pacto de nuestra alma con la conciencia. Nuestra misión es reparar el pasado y dar y generar Amor.
Fue un aprendizaje para ella, para la terapeuta y, sin duda, para mi. Espero que lo sea para el lector que ahora descubre los misterios del Taumaturgo.
(Me tomé la libertad de alargar este cuento con la expresa licencia de Kabaleb que sin duda, siempre atento a mi existencia, resulta ser siempre una divina inspiración.)
Por las buena o por las malas.
Bueno Milena, total que en el universo nuestro diario nada se pierde y todo debe comprenderse en su justa medida. Supongo que tomar conciencia es comprender que nosotros hemos sembrado lo que sea y debemos saber reconocernos al recoger la cosecha.
¡Exacto!!
Bien eso mismo, nada se pierde y somos auténticas enciclopedias vivientes, si cada una de nuestras células hablara!!!, bueno ya lo hacen pero padecemos sordera!! y les hacemos poco caso!!!
En respuesta a Por las buena o por las malas. por Anonimo