La Nueva Luna de Virgo - Septiembre 2016

La consigna de la lunación es: el principio del fin; analizar los detalles de nuestras circunstancias para entender mejor el “para qué” de la vida.

La Nueva Luna cae a 09º21’ de Virgo el día 1 de septiembre a las 09:04 hora solar.

La Nueva Luna de Virgo se da en un grado Malkuth en el primer decanato de este signo, un decanato Capricornio, regido por Saturno, para la Astrología Cabalística. Kabaleb, respecto a este decanato,  expresa que se trata de una máxima recapitulación de los trabajos que no fueron realizados anteriormente y que ahora tienen la oportunidad de concluirse.

Virgo representa la etapa de la liberación, del desprendimiento total de las situaciones-experiencias, para una necesaria desidentificación. El problema surge cuando, al situarse planetas en el primer decanato de un signo, se nos invita a liquidar pero, por otra parte, urge construir, tarea propia de Capricornio, y que todo se haga a trancas y barrancas. Así tendremos, en palabras de Kabaleb, que: “mientras una fuerza empuja a liquidar, otra impulsa imperativamente a construir. Si juntamos estos dos significados, tendremos que los trabajos irán enfocados a la demolición-construcción, siendo, de algún modo, quien construya sobre ruinas, tanto en un sentido real como figurado. La idea que preside estos trabajos es la de que en lo viejo, lo usado, subyace un potencial con el que generar una nueva vida, así como la fruta contiene la semilla de la que saldrá un nuevo árbol.

Pero lo cierto es que se trata de una etapa incómoda, porque construir algo que no va a durar no tiene gracia. Esta lunación nos trae, pues, algunas situaciones tragicómicas y, para afrontarla, lo mejor es poner mucho humor a las situaciones, tratando de no identificarse con las experiencias; la espontaneidad puede ser una buen salida cuando parezca que las cosas fallan. Ser capaces de renunciar a ciertas cosas en favor de otras de mayor alcance; asumir pequeñas derrotas para albergar la ilusión de que nos espera algo mucho mejor; tener paciencia, aguardar a que las cosas maduren bien y finalizar tareas, es el resumen de las tareas de esta lunación.

Es el principio del fin, sepamos hacer las cosas con la cabeza sin el descontrol de las emociones, para entender que hay situaciones que no pueden seguir eternizándose. Hay que tomar decisiones definitivas y no resulta nada fácil. Pero en Virgo nada termina, al contrario, se trata de una renovación. En este primer Decanato se procede a dar una nueva vida a aquello que parecía destinado a desaparecer, darle vida, pero en condiciones mucho mejores.

Es el decanato de la restauración de valores, de principios, de trabajos, de sentimientos, de edificios, de ideas. Es por ello que una de las características de los nativos de Virgo es que de niños parecen viejitos, pero de mayores son eternamente jóvenes, (signo mercuriano). Tal vez se trate de rescatar de la sabiduría ancestral proyectos, ideas, filosofías válidas para el futuro, con las que elaborar el porvenir; es la reactivación de sentimientos dormidos, antiguos que pueden volver a florecer, a inspirarnos, pero siempre en clave de comprensión y mejora.

Por otra parte, Júpiter, que tiene los días contados en el tercer decanato de Virgo, (entra en Libra el día 10 de septiembre), al unir sus vibraciones a las de Mercurio retrógrado en el segundo decanato de Virgo, (planeta regente del signo), puede impulsar nuevas ideas en pro del bien común; dar fuerza a lo que tiene que elaborarse desde el conocimiento, pero la retrogradación de Mercurio puede dar mucha lentitud a todo estos procesos y que nos cueste ver lo que realmente nos conviene. La consigna es analizar, tomar el tiempo necesario para hacer las cosas con calma; ser rigurosos a la hora de expresar ideas, y ser consecuentes con las mismas.

El grado de la Lunación, Malkuth, en Virgo refuerza aún más la necesidad de desprendimiento, renuncia y conclusión. Lo que se siembre durante esta lunación, si es precario, sobre bases dudosas, no durará; si se desea una continuidad habrá que asentar unas bases sólidas, tener paciencia y ser metódicos, perseverantes, tenaces para la obtención de frutos.

Los Genios de la Lunación nos proponen en sus programas correspondientes:

Vasariah nos ayuda a ser justos, ordenados y bondadosos, para estar al servicio del bien común y encontrar el equilibrio, el justo término de las cosas. Nos permite conseguir ayuda necesaria, nos aporta una conciencia social y un espíritu de sacrificio, entrega y solidaridad, buenos bagajes para hacer frente a las experiencias de esta lunación. Nos permite tener capacidad de mando, pero también nos exige grandeza de alma y amplitud de miras. La vertiente contraria provoca prepotencia, un exceso de materialismo; abusos de poder o gula, o tendencia a comerse el oxígeno de los demás debido a un exceso de protagonismo.

Hekamiah, con su fuerza emocional, nos ayuda a cultivar la lealtad, la fidelidad, la franqueza y la nobleza. Nos permite liberarnos de pesadas cargas u opresiones, sabiendo conciliar posiciones o elementos enfrentados. Podemos utilizarlo para mediar en todo tipo de conflictos.

También nos inspira para encontrar nuevos métodos de trabajo; firmar acuerdos ventajosos, liberar la creatividad; ver cumplidos los sueños y alcanzar metas elevadas. Aporta también habilidad para motivar a un equipo de trabajo y para tareas de consultoría. Como se trata del Genio emotivo de la lunación, invoquémoslo para reflotar personas en crisis gracias a nuestra gran capacidad de amar. Insufla mucha sabiduría y un poder transformador. Los efectos contrarios provocan desacuerdos, renuncia a la lucha; darse por vencido, falta de responsabilidad y apatía.