La Qabalah nos expresa el principio de la Luz a partir de la primera ecuación primordial, de Ain a Ain sof, para alcanzar Ain sof Aur. Es una fórmula de la que se ocupa la ciencia, física y metafísica, para comprender de dónde surge la vida. Somos el resultado de esta expresión, de un estallido de átomos, células, de impulsos, todo ello es un potencial lumínico que se nos revela a cada momento de la existencia, a cada instante, pero no somos muy conscientes de lo que realmente significa Ser. Utilizamos muy poco nuestros dones, ni tampoco, por regla general, nos preguntamos con frecuencia ¿qué es la vida? ¿Qué es nuestra vida?
Sería agobiante, podrían decir algunos.. sí… , pero apasionante, porque tal vez nos implicaríamos mucho más en el desarrollo de nuestras facultades.
Sin embargo la modernidad con sus avances y nuevas tecnologías nos asombra, nos presentan tal cantidad de inventos que epatan nuestros sentidos, estamos perplejos y creemos que solo pueden surgir de las mentes de unos cuantos privilegiados, y que el resto no estamos a la altura. Eso no es cierto. Lo único que nos diferencia a unos de otros es creer, dedicarse, pasarse horas persiguiendo un sueño, un objetivo; el tesón, el entusiasmo, la confianza de que es posible. Como Steve Jobs, que lo que conseguía era fruto de su absoluto convencimiento de que aquello que proyectaba era realizable, jamás se daba un no por respuesta.
Formamos parte de un mundo holístico, en que el sistema es funcionalmente mayor que la suma de sus partes. Si tú puedes, a priori yo también puedo en el sentido del desarrollo de mi propio potencial. Yo no puedo cantar como lo hace Petra Haden (en la wikipedia), pero puedo desarrollar mis virtudes tan bien, tan fabulosamente bien como ella y tener éxito en lo que soy. El holismo no solo nos lleva a comprender que estamos todos interactuando, que somos reflejos unos de otros, compartiendo, formando parte de este gran Súper Organismo que es el Mundo, el Universo, sino que el holismo empieza por uno mismo, en sentirse parte del propio devenir, de los múltiples “Yoes” que buscan en la multiplicidad, la unidad. Este sería, para mi, la expresión justa, y en términos cabalísticos, de lo que nos reclama nuestro verdadero tiqqun, ese proceso de reunificación y reparación interior y personal.
Preguntarnos quiénes somos y de qué somos capaces es la clave, porque como sabemos bien, lo importante es siempre la pregunta.
Estas reflexiones han surgido después de escuchar a Petra Haden. Con el único instrumento de su voz, sin música ni coros, escenifica lo que es para mi esa expresión de multiplicidad en la unidad. Ella es Una, pero nos ofrece una pequeña sinfonía de voces que la acompañan. Es ella misma con su creatividad, que gracias a la técnica de un montaje podemos apreciar. Para mi, un resultado magistral.