La Meditación
La meditación es una disciplina de más de 5000 años que recomiendan todas las grandes tradiciones místicas. También desde hace años se ha convertido en un método de relajación y crecimiento interior. La meditación tiene el poder de sumirnos en un estado de plenitud porque acalla la vorágine de los pensamientos tumultuosos que asaltan nuestra mente y nos propone conectar con nuestro mundo interior, dejando la actividad de las ondas cerebrales, pasando de las ondas beta, las de la actividad de alerta y plena consciencia, que van de 15-30 Hz, a las ondas alfa que se reducen de 9 a 14 Hz, que son las de la relajación y estado creativo potencial. No obstante el estado de profunda meditación se alcanza en las ondas theta, las que van de 4 a 8 Hz. Los que llevan años en esta disciplina pueden llegar a las ondas delta, de 1 a 3 Hz, es el etapa del sueño pero aún manteniendo el estado meditativo.
En un principio la meditación se practicaba como ejercicio intelectual, con la pretensión de aclarar conceptos, de profundizar en un tema a resolver, como percepción de esa otra realidad que parece desdibujarse de la realidad y vive a expensas de nuestra consciencia. En la actualidad se considera un método para aumentar la atención, mejorar la memoria, para optimizar el rendimiento cerebral. Beneficia la salud mental, física y emocional, así como ayuda a aumentar la vitalidad del sistema inmunológico, reduciendo el estrés y mejorando cualquier tratamiento médico, porque libera en el torrente sanguíneo una serie de sustancias benéficas, como las endorfinas, las hormonas de la felicidad. Son cada vez más numerosos los estudios científicos que demuestran estas afirmaciones.
Las diferentes prácticas meditativas
Hay numerosos referentes de lasprácticas meditativas. Las más conocidas son las que provienen de oriente, como las del budismo, Theravada, la meditación de introspección conocida como Vipassana, de concentración, Samatha y la del amor puro, la Metta. También existen una serie de disciplinas que integran visualizaciones, cantos, mantras o rezos propios del budismo Mahayana.
La meditación silenciosa dentro de la práctica dhyana, zen o chan. El taoísmo y muchas disciplinas de artes marciales, (budo), practican la meditación en movimiento, tai chi o qi gong. También se ha desarrollado ampliamente la práctica yóguica, el éxtasis místico de los sufís, con las danzas creativas derviches.
Otras tradiciones religiosas de la meditación se asocian con el cristianismo y el judaísmo, así como las disciplinas chamánicas que han tenido una amplia difusión en el continente americano.
La Meditación en la Cábala
Origen de la meditación hebraica
El descubrimiento de la práctica de la meditación hebraica es relativamente reciente. Se pensó hasta hace poco que se trataba de una técnica importada de otras culturas. Fueron los estudios de Gershom Sholen, (1897-1982) y Moshe Idel, historiadores y teólogos, los que, buceando en los escritos de un erudito cabalista, Abraham Aboulafia, (1240), donde encontraron referencias de la hitbodèbout, que es como se llama la meditación en hebreo. Aryen Kaplan, (1934-1983), escritor judío, descifra posteriormente las claves de esta práctica en la Biblia, a través de los trabajos de un maestro de la mística judía, Rabí Nahman, (siglo 18). Nahman habla de la transmisión de la técnica secreta de la hitbodèbout, que los Grandes Patriarcas, (XIII a.C.) se encargaban de transmitir a los discípulos. Este rabino explica que la meditación de practicaba tres horas al día para conseguir la ascensión del Alma a los 3 estados fundamentales: Nefech, (sangre) – Rouah, (espíritu), – Nechamah, (Acto de Respiración). Esos tres estados son los que permiten al hombre alcanzar la atención del momento presente, objetivo común a todas las meditaciones. Con la comprensión del estado meditativo que nos expresa la cábala, podemos entender realmente la dimensión de esa quietud y beatitud interior.
3 Estados del Alma para meditar
- Nefèch, sangre, que etimológicamente significar descansar, relajarse, pero también animarse, desperezarse. En ese estadio nefèch el hombre puede reposar después del esfuerzo, alternando reposo y trabajo, tensión- distensión, sístole y diástole, como movimiento de vida en el cuerpo, en los órganos. Las células están en permanente movimiento, la energía vital se renueva. Nefech es lo que vehicula la sangre Dam, (Daleth, Aleph, Mem), la sangre del hombre, primera respiración orgánica y celular en su dimensión física, que se comunica con las otras dimensiones del Ser. Hitnafèch es respirar hondamente, nefèche, expresa el soplo y el deseo de la vida, de inflar los pulmones para que entre Rouah. Es el primer acto que realiza el ser humano al nacer y el primer acto consciente en la meditación.
- Rouah se define como Soplo-Espíritu. Rouah Aqodech es el fin último del hombre cuando ha creado el vacío hospitalario, cuando acoge la Presencia de lo que hay, crea y permanece en el santuario para que, en el silencio de la Alianza, reciba el Soplo Sagrado del espíritu Santo. Es cuando el hombre sabio alcanza la iluminación. Es el estadio intermedio de la meditación, es interior. En rouah la iluminación penetra de tal forma que lleva la mente a la nada, o sea que percibe esa quietud de indescriptible paz interior.
- Nechamah es nacham, respirar, nechem, respiración. Es el estadio más elevado del Alma. Considerado como el Soplo de Dios. Nechamah descarga su Soplo en Rouah Haquodèch, lo que permite la entrada del fluido de la vida y lo que oxigena nuestro Dam, (sangre), vehiculada por Nefèch. En nechamah la meditación alcanza su objetivo, la conexión total y vehicula la salud en todas sus manifestaciones.
La palabra Hitbodèbout, (meditación), que contiene la raíz badad, estar solo, retirado, evoca la necesidad de alcanzar este grado último de soledad interior, después de alejarse del mundo exterior. El Alma aislada de su yo profano de desgaja de la imaginación y de los sentidos. La actividad cerebral disminuye de tal forma que ya no deroga la conciencia, y ésta puede inundarlo todo en una máxima abstracción. Sabemos que el sistema nervioso tiende a anular el objetivo de la meditación.
El propósito de la Hitbodèbout para el cabalista
La Hitbodèbout tiene para el cabalista el propósito de llegar a la dimensión de Rouah Haquodèch para alcanzar la Iluminación, y que ésta nos lleve a experimentar la Beriyout, la Salud Integral. Beriyout se compone de las letras que forman la palabra beriya, creación, (Beith, Reish, Yod, Aleph, Vav, Tav). Beriya contiene Bara, lo que significa crear. Bara se encuentra en el primer versículo del Génesis, Bereshit Bara Elohim, En el principio El-Los-Dios crearon.
De todo ello se desprende que el ser que ha alcanzado la iluminación está desarrollando la facultad de Ratsone, (voluntad) de vivir, que a su vez crea una perfecta Beriyout, una plenitud integral y saludable y por lo tanto una cualidad que satisface la experiencia profética, el éxtasis.
La Hitbodèbout utiliza el lenguaje meditativo que nos permite la continua creación de nuevos estados del Ser. Mantener viva la Ratsone, (Voluntad) es renovar la Beriyout, (salud), ya finalmente instalar en nosotros la Simba, o Hasimba, (la alegría) y a Machiah, (el Mesías). Para los cabalistas, la ausencia de Simba provoca la deterioración de la Beriyout y por lo tanto la enfermedad. La tristeza se considera el exilio de la presencia divina. La alegría libera las chispas de luz en nuestro interior, y la luz es salud. (Rabbi Nahman).
¿Qué busca y qué puede encontrar el Ser en la dimensión meditativa?
La práctica continuada e intensa de la meditación mueve una gran energía espiritual que puede provocar revelaciones proféticas. Hit-navè, hit-paèl, (navè, profetizar), y designa el acto reflexivo de ponerse en actitud de recibir la experiencia del éxtasis. Entendamos como profetizar el hecho de hacer que la revelación se haga en, y para nosotros. Pensar en ser profetas de los demás reduce la fuerza de la revelación. Esto no significa que el don recibido no pueda entregarse a otros, pero no debería ser el objetivo primordial. La verdadera profecía es aquella que traslada el individuo a la dimensión del Soplo de Dios, Nechamah, que permite la creación del ser humano. El profeta debe poder controlar su don.
Técnica y práctica
La práctica de la Hitbodèbout utiliza los elementos no como objetos, sino como fuente de inspiración, porque en todos y cada uno está presente la Divinidad. Estos son el lenguaje de los Authiots, las letras hebraicas como estados de conciencia; los Sephirots, emanaciones divinas; los Ángeles; los Nombres de Dios, mediante el canto o la repetición de mantras. Aboulafia en su libro, Gan naoul, (El Jardín Cerrado) explica el método del Tsérouf, (Sepher Yetsirah). Se trata de la asociación de notas musicales a las letras del Alfabeto Sagrado que da como resultado determinados sonidos y resonancias musicales. Las 22 letras del Alfabeto Sagrado se dividen en 3 letras Madres, 7 dobles y 12 simples. Las notas musicales son 10. Combinando todas esas variantes, Aleph con Todas, Todas con Aleph, Beith con Todas, Todas con Beith, etc…, las Letras giran en un círculo de intensa luz, bailando, uniéndose a la cadencia del universo y producen unas vibraciones que elevan el Alma a Rouah Haqodèch, (iluminación)
El principio de la técnica meditativa se basa principalmente en la respiración, que es lo que nos permite tomar conciencia de las 3 dimensiones, Nefèch, Rouah, Nechamah. El verdadero órgano de la respiración es la sangre, la que permite la circulación celular. Para la Hitbodèbout, los momentos más adecuados son después de medianoche y antes de la salida del sol, es cuando los primeros coros de Ángeles, los Serafines y los Querubines están iluminando el habitáculo donde meditamos y nuestra estancia interior.
Aboulafia propone que la respiración meditativa se establezca en 3 tiempos:
- Inspiración
- Retención del soplo en los pulmones
- Expiración.
La expiración debe durar más o menos el doble de la inspiración a fin de descargar con ella un sonido que implica la vibración de las vocales O, A, I, E, U. Esta técnica tiene el propósito de provocar que la circulación de la sangre se nutra de la vibración energética de las letras. Se trata de concentrarse en un primer momento sobre la emoción que produce esa vibración vocal.
- O, (holam) actua sobre el diafragma, (chacra corazón).
- A, (qamats), sobre el esófago y las 3 costillas superiores y los lóbulos pulmonares.
- E, (tséré), sobre la garganta, las cuerdas vocales, laringe y tiroides.
- I, (hiriq), vibra alto y actúa sobre la nariz, la cabeza, el cerebro
- U, (qoubouts) en todos los órganos digestivos, hígado, intestinos y gónadas.
Con esa respiración y evocación se produce un masaje que reduce las tensiones acumuladas y contribuye a la buena oxigenación de la sangre.
Después de estas inspiraciones y expiraciones se centra la atención en la respiración pulmonar, el aire entra y sale de los pulmones, pero a su vez se lleva el torrente sanguíneo a todas las partes del cuerpo, de la cabeza a los pies. A cada expiración la sangre, (Dam), expulsa los desechos, es un drenaje.
Otra forma de meditación con las Letras consiste en dibujar la grafía de cada letra con un ligero movimiento de la cabeza, o con el cuerpo si se trata de un trabajo terapéutico. Todas ellas son prácticas que parecen complicadas pero que con el suficiente entrenamiento y repetición se asumen e integran a la práctica.
Algunos ejemplos de meditación cabalística
- La Hitbodèbout y los Querubines: Meditación profunda e inspiradora que se refugia en el Templo de Salomón, sobre el Arca de la Alianza, donde se guardan las Tablas de la Ley, conocimiento iniciático, custodiada por Dos Querubines, puerta de acceso a la conciencia Divina, y mediante los cuales Dios se comunica con Moisés.
- La Hitbodèbout y la música:Rabbi Nahman evoca el origen místico de la música asociada a los Querubines. La música mántrica provoca un estado de quietud mental y ayuda a librarse de loa parásitos que oscurecen la alegría, Hasimha.
- La Hitbodèbout y YHVH. El Tetragrama es un poderoso mantra que sólo puede pronunciarse con la boca cerrada. La conexión con el Nombre Sagrado puede ser extremadamente reveladora. Se expresa en las diferentes permutaciones de las Letras-Fuerza que lo componen.
- La Hitbodèbout y los Sefirot. Los profetas meditaban horas sobre la concepción del mundo y los misterios de los Sefirot, Centros Energéticos que unidos por los Senderos representan la Creación de todo lo que ES.
El camino que lleva a Rouah Haqodèch (la iluminación), no es un sendero fácil. La conciencia debe vencer diversas barreras, la imaginación y los sentidos demasiado activos y presentes dificultan la ascensión. Los 4 elementos de la creación están intrínsecamente presentes en la meditación, Fuego, Agua, Aire y Tierra, como los 4 Mundos del Universo, Atsilut, Emanación, Beriyah, Creación, Yetzirah, Formación, Assiya, Acción. El tránsito por estos distintos Mundos constituye un fuerte sacrificio personal, una renuncia, liberarse de apegos.
La Hitbodèbout en el siglo XXI
La destrucción del Templo de Salomón y el exilio babilónico, hace ya más de 2500 años, parecen relegar la exégesis de la dimensión de Rouah Haqodèch al olvido, y desvanecerse durante siglos. Se practican ahora ciertas formas de meditación que siguen el ritual pero no comprenden la esencia. El auténtico sentido y significado del poder de esa práctica se refugia en el trasfondo de las enseñanzas de la mística judía. Gracias a la paciente labor de estudio de algunos prestigiosos historiadores cabalistas, podemos desentrañar algunos de sus misterios. Una de las mayores fuentes de información es la Sagrada Biblia. La práctica ha cambiado, pero la esencia propia de la Hitbodèbout queda intacta, siempre y cuando seamos capaces de volver a conectarnos con la Fuente Original de su Inspiración.
Uno de los más antiguos textos de la Cábala, El Libro de la Creación, el Sepher Yetzirah nos transmite su belleza y nos invita a la Hitbodèbout con las siguientes palabras:
Diez Sefirot de pura vacuidad,
Su contemplación es como “la visión de la furia”,
Sin límites y sin fin,
Su palabra se encuentra en Ellas como en la ida y el retorno
La meditación forma parte de nuestra historia, de nuestra realidad aquí y ahora. Mediante su práctica podemos llegar a la fuente, al origen de nuestra propia transmisión. Estar atentos a la vida es la mejora de las prácticas, porque en cada soplo de aire, en cada flor, paisaje, contemplación de la naturaleza hay esa vida en el aquí y ahora, en definitiva, un estado puro de meditación.