Nos enseñaste desde muy temprana edad el significado del número 22, por su relación con todo lo diseñado en el mundo del espíritu y de la forma. 22 estados de conciencia que nos permite comprender desde la enseñanza cabalística, que todo tiene su impulso, desde el Aleph, hasta su fundamento, el Tav. Un fundamento, que no cristalización última, que fue sobre lo cual se construyó tu Obra. Aunque Kaherine¹ te decía a menudo, no intelectualices este conocimiento, (Aleph), que al aprehenderlo lo estás matando, tú le refutabas que si no lo pasábamos por la expresión (Yod), no lo podríamos asimilar. Y Katherine arremetía con que había que asimilarlo a través de la enseñanza viva, la conciencia del corazón y Tú le decías que la conciencia del corazón de subida iba del Tav al Aleph…. Y así las discusiones sin fin, ninguno de los dos cedía… ibais descomponiendo y componiendo la melodía de las Notas de un Idioma Sagrado que utilizabais como quien se organiza en la cocina para componer un suculento plato! Así crecimos, entre miríadas de ideas a cual más extraña!

Puedes pensar que te echo de menos, suelo recordar la fecha en que te fuiste, no la que naciste, pero es que en esa yo no estaba!! Pero no se trata de eso. Te explico:

Katherine me repetía a menudo: “no te identifiques con las circunstancias, ni con la vida, ni con la muerte”, y así el desapego fue más fácil desde el cuerpo espiritual, así que no hay tristeza, ¡solo emoción!

Lo que ocurre es que estos 22 años que se cumplen hoy sin tu presencia física representan una etapa de hondo significado: 22 estados de conciencia por los que sin duda he pasado en una primera ronda (Yod). Una larga etapa en la que he tenido que aprender tantas cosas acerca de mi trabajo interior, como siempre buceando en tus enseñanzas, bajo tu atenta mirada, lo sé, pero ahora empieza un nuevo despertar, ¿de 22 años más?

Cuando un padre se nos va, toca hacernos cargo enteramente del arquetipo que representa. Es la base, el fundamento solar. El trabajo espiritual siempre es solitario, nos lo han dicho tantas veces los místicos, la travesía del desierto, la bajada a los infiernos, que hay que matar al padre para madurar, etc. Tú te fuiste temprano, en el último mes de tu vida terrenal me repetías a menudo que ya estabas cansado y que tenías que trabajar en el otro mundo, que ahora me tocaba salir adelante y seguir con la obra. Me dijiste que podría pasar por un trance complicado, me lo dejaste muy claro. Fue tu último mensaje, y así fue, se cumplió. Lo superé Papá, tú te fuiste, pero quedó Mamá que seguía repitiéndome incesantemente: “No te identifiques Milena, no sabes lo que hay detrás de la ventana, no lo ves, pero es hermoso”, (con su pronunciación afrancesada tan característica y divertida), y yo que solía hablar cada día con ella mirando detrás del cristal de la ventana, acababa por abrirla y descolgarme para ver más allá. Era un ritual casi diario que me daba fuerza para seguir adelante en ese periodo movido de mi existencia. Un gota en el océano me repetía Mamá, ¡solo es una gota en el océano de tu existencia! ¡Qué inmensa e increíble mujer!

¿Sabes lo que más me gustó de vuestra relación? que por encima de todo existía una complicidad más allá de las fronteras de lo aparente y establecido. Puedes estar seguro que es por eso que los Hermanos nos llevamos tan bien!!!, nos adoramos!

También es una fecha que recuerdo con especial atención porque mi segundo hijo, Mikael, cumplía 2 años el mismo día en que tú decidiste marcharte, ¡ha cumplido 24!

En los talleres en los que desarrollo toda tu Obra muchas personas me han dicho que estás ahí, detrás de mí, te describen y lo sé, te siento y os invoco a ti y a Mamá en cada curso, en cada taller, porque vuestra presencia, en la paz del espíritu, siempre me insufla más valor y concentración para tratar de expresar el mensaje.

Ahora, inmersa en el desarrollo de la Interpretación magistral que nos dejaste del Génesis, con la Cábala que nos enseñaste, la Astrología Cabalística que descubriste, me sigues tú a mi… Gracias por haberme transmitido tanto, por tu herencia, que recibiste de otros más… y a los padres de mis padres, gracias… y a los padres de los padres de mis padres, gracias.. y así hasta siete generaciones más. Y que todas las que nos sigan puedan disfrutar tanto como lo hago yo con el Estudio de la Vida.

Con Amor,

Milena

[1] Mi Madre