¿Y si los Padres y Madres y el colectivo educativo estudiasen Astrocábala?
La Astrología Cabalística es una herramienta de gran ayuda para comprender los diferentes perfiles del desarrollo madurativo de la psique en su evolución cognitiva y educativa. En la etapa “esponja” del progreso de la personalidad, en la infancia, se adquiere una valiosa información que marcará sin duda las futuras etapas.
Desde la visión de la ciencia que estudia el comportamiento y programa de vida, -la Astrocábala-, cada personalidad posee una cualidades específicas que irán aflorando, pero habrá dones que quedarán encerrados a cal y canto hasta que, tal vez, algún día, algo o alguien pulse la tecla adecuada. De lo que se trata es de conocer, descubrir, valorar esas condiciones. Tenemos una tarea asignada a partir del momento en que llegamos a la vida, y a lo largo de la existencia nuestro deber y, añadiría, placer, nos compromete a cumplir con el programa estipulado.
Los cálculos astrológicos se determinan a partir del día del nacimiento, cuando los planetas se sitúan en las diferentes casillas de salida de nuestro mapa zodiacal, proporcionándonos una muchos datos encriptados que tendremos que ir descifrando. El estudio del programa astral no es algo banal, ni insustancial, sino muy significativo, arduo y complejo.
Ya hemos explicado desde estas páginas qué es y no es la Astrología cabalística, por lo tanto, basándonos en esta premisa, dejamos claro que el estudio de un tema natal no es en ningún caso un método de pronóstico o adivinación, sino el análisis profundo de las tendencias adscritas al carácter y a las posibilidades de realización del potencial disponible.
A lo largo de todos los años de consultas he podido comprobar que cuando una persona no sigue el camino asignado, es decir cuando no comprende ni activa los mecanismos que le permiten ser quien debe y quiere ser, su vida tiende al desequilibrio. Bien conocida es la reflexión de Rabbi Zousya, que dijo que cuando se presentase ante las puertas del cielo no le preguntarían porqué no fue Moisés, sino que le preguntarían porqué no fue Zousya. Una frase que define totalmente el compromiso que tenemos con nuestra propia existencia.
Cuando descubrimos lo que hemos venido a hacer, esa claridad nos acerca al verdadero Yo y a su experiencia vital. La herramienta que utilizo no es la panacea absoluta, pero sí aporta muchas pistas acerca del programa de vida y del material con el que cuenta el alma para expresar la mejor versión de sí misma.
Las personas que suelen acudir a una consulta Astrocabalística desean saber cuál es su misión en la vida; qué pueden hacer para ser más felices; qué decisiones pueden tomar a favor de una u otra opción determinada; qué cambios pueden hacer para que todo se alinee con su propósito vital y sus deseos. También quieren saber cómo mejorar sus relaciones personales, en casa, en el trabajo, o qué propuestas pueden ser más rentables para desarrollar tal o cual objetivo. Ya saben que no pueden preguntar, ni saber, si les va a tocar la lotería, si van a encontrar una pareja ideal, o el trabajo soñado, o abordar cuestiones que solo el carpe diem les va a revelar. Está claro que una consulta de Astrología Cabalística no es una carta a los Reyes Magos. Creo que la mayoría lo sabe perfectamente. Tengo que decir que en más de 30 años de consultoría solo dos personas me llamaron para preguntarme si les podía decir, la primera: cuándo se iba a morir; la segunda: si le iba a tocar la lotería. Huelga decir que les colgué amablemente el teléfono.
Me han consultado para reafirmar trayectorias profesionales, objetivos trascendentales; para comprobar si estaban cumpliendo sus sueños, sus necesidades; hay quien me ha pedido ayuda para tomar la decisión adecuada, la que en realidad ya sabía que era la mejor opción, solo que le faltaba un empujoncito. -Cuando surge la pregunta, la respuesta ya está en la parrilla de salida pero aún está velada a la conciencia-. He tratado separaciones, reconciliaciones, creaciones, orientación profesional; miedos, depresión; debilidades, dudas, y un largo etc.., todo lo que preocupa y ocupa a la compleja entidad humana.
Pero entre todos los informes que he hecho a lo largo de los años, tengo una especial predilección por las consultas de los niños y de los adolescentes, porque son los padres los que se ocupan de su educación, y cuando quieren comprender cuál es el programa de vida de sus hijos, sus características, es una enorme alegría, les honra. Cuando se conocen los rasgos principales de sus itinerarios y las herramientas que poseen para hacer frente a los retos, a los desafíos emocionales, de estudios, a sus necesidades materiales, todo resulta mucho más fácil, la guía es un poco más segura. Las tendencias y capacidades latentes, al emerger, les ayudan a resolver dudas, sabiendo qué pueden esperar y qué no pueden exigir.
La Astrocábala y el perfil educativo
Durante unos años estuve dando clases de francés en un colegio de primaria. El primer día que llegué ante una clase de 25 personajes, un Aries me abordó al entrar, y sin siquiera tener tiempo de presentarme, me sometió a un interrogatorio, preguntó mi edad, mi origen, si estaba casada, si tenía hijos. Este fue el primer contacto con el protagonista absoluto de la clase y a lo largo del curso se fue rebelando como el mejor follonero. Observé al Escorpio en su rincón, sin querer dejar constancia de su presencia, a la Capricornio presentándome los mejores deberes y organizando a sus compañeras; a una Leo muy atenta a la ropa que llevaba; a una Libra muy soñadora, me hizo unos dibujos preciosos; a un Virgo muy servicial; a un Piscis con problemas en casa y que pedía a gritos, atención; a un Tauro procrastinando. Cada uno de los arquetipos estaban realmente bien representados. Todos ellos, sin saberlo me estaban aportando una gran cantidad de material de estudio. Solo me había tenido que fijar en su fecha de nacimiento para “clasificarlos” y tratar de darles la atención que cada cual desearía recibir. Después de esta preciosa experiencia, admiré aún más esta entregada profesión, súper seres maestros al frente de una mezcla de intensas personalidades, a cual más “chispeante”.
En las clases de Astrología Cabalística siempre he pensado y reivindicado que conocer las tendencias genéricas de cada signo sería de gran ayuda para comprender mejor el carácter de cada alumno, y para evitar pedirle a un Géminis que se calle, a un Libra que no dude o a un Acuario que no diserte.
Si bien el estudio de un tema astral es complejo, requiere muchas horas de análisis, no se puede montar la carta astrológica de cada alumno sin permiso, pero sí se puede obtener un buen material de trabajo cuando se conoce la fecha de nacimiento, y si la niña es Sagitario o el niño es Cáncer, su manera de sentir, de comprender serán lógicamente diferentes.
Es cierto que las personas que están al frente de una clase de alumnos no cuenta con demasiado tiempo para dedicarse en cuerpo y alma a cada uno, pero si el estudio astrológico del carácter formase parte de la carrera de magisterio, algo se ganaría en la comprensión de cada personalidad. Y si a todo eso le añadiésemos que los propios alumnos conociesen a sus compañeros, supiesen entender los diferentes temperamentos de quienes son copartícipes de su interacción en el día a día, posiblemente también ayudaría mucho a que las relaciones entre individuos mejorase considerablemente.
Recuerdo el caso de hace unos años, muy ilustrativo. Hice el estudio de un niño Sagitario de 6 años. Describí sus características, sus necesidades, sus juegos, su aprendizaje, su desarrollo emocional, psicológico en la escuela, en casa, sus hábitos, su programa de vida, etc.. Se lo expuse a la madre que me escuchaba atentamente. Al final de la sesión me dijo que ella no veía que su hijo se comportase como yo describía a ese pequeño Sagitario; que en realidad el niño era muy temeroso, no quería salir, siempre detrás de su madre y que a menudo estaba malito y en clase no participaba. Cuanto más me describía sus actitudes, más veía la proyección emocional de la madre, su súper protección y su extrema preocupación. Le propuse cambiar pautas, empezar a dejar que su hijo Sagitario fuese él mismo; que confiase más en él. Puso todo su empeño en reemplazar su modelo educativo. A los 3 meses me llamó para decirme que su hijo había hecho un cambio espectacular, que su profesora estaba muy asombrada, que estaba alegre, participativo, y que llevaba semanas sin faltar al colegio, y que incluso le había pedido quedarse a dormir a casa de un amiguito. Se había despertado el Sagitario que llevaba dentro. El mérito sin duda de todo aquello, fue de la madre, capaz de entender cuáles eran las necesidades de su hijo. Esos son los casos que aportan una enorme satisfacción. Ayudar a un adolescente a decantarse por tal o cual estudio, a una madre, un padre ver más claras las capacidades de sus hijos, te llena de esperanza y de confianza en el futuro.
En próximos artículos detallaremos, a grandes rasgos, el desarrollo de las tendencias de los signos en las primeras etapas de vida de los cuales puedes encontrar los enlaces aquí debajo a medida que los vayamos publicando.
Fascinante artículo
Fascinante artículo, Milena, que no sólo ayuda a los profesores....por supuesto, sino a los padres y familia que debemos ayudar a potenciar los dones y habilidades que traen los niños. Y sobretodo los de esta época pues están llenos de estímulos y cosas que hacer, y poder tener una guía y una base para ayudarlos me parece fundamental.
Miles de gracias por facilitar tanto la vida y el conocimiento
Mi agradecimiento va para ti Claudia
Recuerda que este artículo, -hace meses-, me lo sugeriste e inspiraste tú con tu deseo de entender más de la educación de esas almas que llegan a la vida sin un manual de instrucción evidente, aunque en realidad están repletas de información que toca descubrir.
Un gran abrazo y gracias a ti por tu sabiduría Claudia.
Muchas gracias Arcadio!!
Arcadio, tú siempre tan atento a las relaciones humanas y tienes toda la razón. Los pupitres silenciosos bajo la atenta mirada de un profesor omnipotente, han dejado paso a un bullicio enriquecedor, pero también a un cierto caos operativo. Los chavales ahora reclaman otras "atracciones" y los profesores no tienen todas las "claves", ¡aunque su esfuerzo es considerable!
Gracias por tu enriquecedor comentario. Un fuerte abrazo!