Los Piscis, sus cantos de sirenas, su tierna, risueña y encantadora naturaleza. Cómo entenderlos y amarlos
Signos de Agua: guía para educar a Piscis
Piscis. Tercer signo de Agua. Nadie como este ser tan etéreo y vaporoso como para despertar la ternura de su entorno. Afable, influenciable, muy impresionable, la atmósfera exterior le puede y si tiene educadores y padres que comprenden su naturaleza cambiante, su psique y sus antenas permanentemente conectadas con el mundo que le rodea, introvertido y extravertido a la vez, será su gran suerte.
Piscis se encuentra en la etapa de auscultación del mundo exterior y todo parece afectarle mucho, o tal vez nada, ¿quién sabe?. Con Piscis te preguntas muchas cosas, ¿cuándo está dentro o está fuera, cuándo algo le perturba o le entusiasma sin perjudicarle? Pues ¡sorpresa! No hay respuestas, lo averiguas sobre la marcha y descubres quién es observándole, ¡desconcierta!, (de forma diferente a Escorpio, claro). Lleno de entusiasmo por la vida, unas veces la sufre, otras la disfruta. Ideas, pero sobre todo emociones, propuestas que procesa… o no, lo que quiere o no quiere…, pero sin duda hace que la vida de su entorno sea apasionante. Recibe del mundo toda clase de sensaciones, de emociones, que por una parte le influencian positivamente, pero por otra le descontrolan.
Lo que más le apasiona es descubrir el mundo con los deseos enfocados en la conquista, en la búsqueda de placeres, de emociones, despertando tiernos sentimientos de compasión, de amor, de abnegación, de entrega. De todo cabe en el corazón de Piscis y hay que enseñarle desde su más tierna infancia a no sufrir, porque sufrir es identificarse con las situaciones. Tampoco va a poder desinhibirse, porque sería como apartarse de su vocación de “salvador del mundo”; un equilibrio bastante complicado para el resto de los mortales, pero para Piscis es más fácil, forma parte de su trabajo existencial.
Así, en sus primeros años, hay que ayudarle a regular la fuerza de sus sentimientos para que evite utilizarlos sacando provecho de las situaciones, para no ceder al chantaje emocional. Debe aprender que no todo es posible, hay reglas y tiene que saber renunciar al objeto de su deseo cuando no puede obtener lo que se propone. Pero es tan adorable, tan entrañable que se le perdona todo. Ha venido a cumplir una misión importante: aprender y enseñar a amar incondicionalmente, y si se le facilitan las cosas, se le ayuda mucho, se contribuye a su felicidad para que no pierda confianza ni en la vida, ni en las personas. Viene a dar mucho, pero también tiene que recibir.
Con una naturaleza exultante, si el mundo que le rodea no está a la altura de sus esperanzas, opta por la evasión, la huida, o se inventa su propio mundo, al estilo de Cáncer, pero con más decorado. Para ayudarle a equilibrar su tendencia al melodrama, o a veces al surrealismo, hay que darle grandes dosis de afecto pero evitando la sobreprotección, mantener un buen equilibrio entre sus necesidades de amor y su tendencia a la extrema fantasía. Hay que darle responsabilidades para que se sienta útil y servicial; es gentil y generoso y apreciará mucho que se cuente con su ayuda. Tened en cuenta que puede pasar de la risa al llanto en un abrir y cerrar de ojos, por lo que la “disciplina” le protegerá del secuestro emocional. La súper emotividad de Piscis puede parecer encantadora pero para unos padres poco pacientes o unos educadores sin el manual de instrucción aprendido, puede llegar a ser cargante. Debajo de la apariencia de una personita alegre y risueña hay un ser tremendamente sensitivo, psíquico y que sufre mucho con las injusticias.
En la etapa escolar puede ser el primero que ayuda a sus compañeros de clase a ponerse la bata, o a hacer los deberes, pero también el primero en tomarse a broma las normas y llevar las riendas del descontrol. Cuando le reprochan su comportamiento, aparentemente se lo puede tomar a la ligera, pero no os lo creáis, el sentimiento de culpabilidad es automático y lo pasará mal aunque lo disimule. Con Piscis hay que dialogar, que entienda la situación o la reprimenda, y si os equivocáis, hay que enseñarle que los mayores también saben pedir perdón. Es un ser muy sensible al dolor ajeno. Si se siente atacado o incomprendido tenderá a desconectarse del entorno, se auto margina fácilmente y puede parecer entonces como una persona tímida y desvalida. Es hipersensible e inestable, pero tiene la necesidad de sublimar sus sentimientos, es importante que no se estanque.
Educar a Piscis es el arte de encontrar en un ser muy especial ese punto de sano altruismo y de franca generosidad que le lleve a vivir una vida repleta de oportunidades felices.
Para sacarle de su tendencia a la ensoñación, que practique juegos interactivos, en equipo, participar es la clave, aunque le encantarán los libros, las plastilinas, las masas para hacer pizza o galletas, o los juegos de magia. Puede quejarse cuando hay que ir de colonias, pero le sentará de maravilla salir de casa, estar en otro ambiente, probar otros sabores de comidas y descubrir lo que tiene en común con sus compañer@s. Es un alma grande, un corazón con patas y cuando aprende a vivir sin sufrir, demuestra un gran entusiasmo por la vida.
- Piscis se siente a gusto entre personas de perfil más soñador, diferente, con ganas de ver el mundo desde una visión más humana y compartir sus ganas de comprender y conocer la existencia, los misterios del cosmos.. la vida desde otros planos…, la buena comida, la buena compañía.
- Sus mejores cualidades: su gran humanidad, su generosidad, su ternura, su capacidad para dar sin esperar nada a cambio.
- Las peores: su impuntualidad, su lentitud, sus respuestas evasivas.