El tránsito de Urano en Piscis
Urano transita aproximadamente siete años en cada signo. Entró en Piscis en el año 2003, y ahora termina su estancia en este signo el 28 de mayo, (entra en Aries el 29 de mayo 2010 hasta mitad de agosto, vuelve a Piscis unos meses más, hasta entrar definitivamente en Aries el 12 de marzo de 2011). Lo que ha supuesto este planeta en el signo acuoso de Piscis es la reconversión de muchos sectores humanos, una mayor influencia de las culturas, el surgimiento de movimientos sociales, religiosos, políticos de todo tipo y expresión. En su vertiente más positiva, lo que se esperaba de este tránsito era una mayor conciencia de lo social y humanitario. Piscis es el emblema de la humanidad, la puerta de las emociones, el inconsciente colectivo, porque todo está en Piscis, la humanidad entera que sufre y ama. Urano en Piscis ha supuesto en paso decisivo en el impulso de todas las leyes sociales, que si bien están lejos de ser perfectas, existen en muchos lugares donde no existían. Las metas uranianas son las de la conquista de la libertad, el derrumbe de lo desfasado, de las fronteras, el perdón y la comprensión. Piscis acentúa la necesidad de ser compasivos. La órbita de Urano necesita unos 84 años para volver a visitar una estancia zodiacal. Por lo tanto, hasta entonces Piscis no volverá a contar con la energía Uraniana. Esperemos que para entonces la humanidad ya tenga hechos todos sus deberes y la máxima de Urano, Libertad, igualdad y fraternidad sean una realidad en todos los ámbitos. La verdad pisciana es la del amor incondicional, el trabajo karmático que arrastra la humanidad está llegando a su fin y pocos días nos quedan para liquidar el pasado, las pesadas cargas que la astrología más popular le atribuye a Piscis, la del sacrificio y el dolor.
La presencia del arquetipo uraniano provoca la conexión con energías sutiles. Permite el contacto con otras dimensiones. Recordemos que en los últimos años se han desclasificado numerosa información acerca del avistamiento y contactos con otras civilizaciones que afectan otras galaxias, así como la propuesta de adentrarnos en las profundidades de nuestro universo interior, reunir, reintegrar ciencia y conciencia. El arte, la tecnología, todo se ha estado despertando y expandiendo. Parece que la humanidad tenía puesto el despertador en lo que conciernen los sentimientos y quien no se haya debidamente levantado, tendrá otra posibilidad durante la vuelta de Urano a Piscis, (septiembre 2010-marzo 2011). Es por todo ello que la dimensión del ser humano está tomando grandes perspectivas respecto a lo trascendente. Cuando decimos trascendente, no hablamos de religión, sino más bien de religare, de esa necesidad de alcanzar juntos, una mayor conciencia de la totalidad. Todos estos deberes deberían estar hechos ya o por lo menos, que la chispa de ese cambio de paradigma que afecta la humanidad de las emociones estén bien arraigada, porque si hablamos de los cambios de ha estado promoviendo Urano a lo largo de la historia, los últimos coletazos de este planeta en Piscis, en grados de Malkuth, (de 29 a 30 de Piscis), dejarán tras de sí hondas reflexiones. Los grados de Tierra, como identificamos los grados de Malkuth producen una cristalización total de las experiencias, es decir, que todo llega a su fin y de ahí se desprende la idea de la renovación que se está poniendo en marcha con la proximidad de la primera incursión de Urano en Aries. Si Urano en Piscis nos ha propuesto el derrumbe de las fronteras, porque nos urge la integración, tener al amor como insignia en todas nuestras circunstancias, los últimos coletazos de este planeta en Piscis van a ser de revisión de estos patrones. Será como aquello que los extremos provocan, o estás conmigo, o contra mi. Pongámonos pues las pilas para terminar como colaboradores y amigos de este planeta que promueve la necesidad de curar las heridas del pasado, las personales y las colectivas, de aliarnos con la fuerza curativa del amor, comprendiendo y superando las sombras, para ser capaces de entrar en esa nueva era Uraniana libres de todo lastre.