Urano entra en Tauro y nos sugiere elegantemente reconsiderar nuestro bienestar, expresar la bondad en todas las circunstancias y pasar de la teoría a la práctica para llevarlo a cabo.
Estamos ante un acontecimiento planetario importante, después de unos 84 años, Urano vuelve a Tauro en una primera incursión el día 15 de mayo 2018 hasta el 5 de noviembre, fecha en el que retrograda hasta Aries, donde pernoctará hasta el 5 de marzo del 2019, para volver a Tauro hasta el 6 de julio del 2025.
Después de los grandes movimientos que Urano desató a lo largo de 7 años en Aries, revolucionando la sociedad, utilizando su energía de fisión para romper con métodos, con posturas y actitudes caducas, desatando tormentas en núcleos humanos donde debían, -necesariamente-, renovarse nuevos patrones de comportamiento; también se propuso unificar tendencias, fusionando movimientos sociales de gran importancia. Ahora Urano en Tauro va a “emprenderla” con socavar otra clase de estructuras.
Tauro representa el bienestar, la seguridad de unos valores bien arraigados; es la banca, el dinero, los bienes, lo creativo, lo bello; la prosperidad, los sentidos y el amor en sus manifestaciones más terrenales. Su planeta regente es Venus. Tauro es el penúltimo de los signos para la Astrocábala, y teniendo toda la teoría del mundo, toda la información, después de haber trabajado todos los elementos, llega el momento de disfrutar. Es lo que ha venido a experimentar este signo de Tierra, gozar de los placeres estéticos, sensuales, intelectuales, sentimentales y materiales.
La figura más tradicional de Tauro es la de “rentista”, pero también la de “mecenas”, del que disfruta del placer de dar, no solo de consumir. De Venus-Netzah, para el Árbol de la Vida, recibe el profundo sentido de la estética, del refinamiento, y una gran sensibilidad artística. Al estar conectado con el mundo de los sentidos y los deseos, Tauro, en su vertiente más evolucionada, es el que puede sentirse atraído a realizar obras filantrópicas y de contenido muy superior.
Huyendo de las improvisaciones, es lento y paciente en general, le gusta masticar y examinar cualquier decisión, aunque una vez tomada, es muy difícil que consienta cambiar su idea y sus deseos. Su gran capacidad de análisis, de concentración y de perseverancia hacen de Tauro un buen analista, un excelente financiero, un experto conocedor de la naturaleza. Su rol es fundamental en la sociedad, permite que el amor llegue hasta los confines del universo mediante los actos de bondad cuando despliega sus cualidades más transcendentes.
Urano en este signo venusiano propone el cambio hacia mejores expectativas, eso es lo que necesitamos y esperamos. Es sabido que la fama de Urano es la de romper estructuras, obligarnos a salir de la franja de comodidad para proponernos nuevas aventuras, y en terrenos poco transitados. Suele emprenderla con las instituciones, para garantizar que la revolución “se haga en las mejores condiciones”.
Siendo Tauro un signo terrenal, Urano en Tauro pretende socavar la seguridad de quien teme perder; va a obligar a escoger entre lo que conviene y lo que no, sin pretexto ni excusa alguna, como decía Kabaleb. Se tratará de transformar el deber en placer para que este planeta no la emprenda con nuestras inseguridades, nuestras quejas y proyecciones. Lo que no pase, no pasará y habrá que enfrentarse a las tendencias más rancias de la sociedad y de nuestra personalidad; nos va a “obligar” a enfrentarnos a todo lo que creíamos inamovible, a lo que creíamos que no podía ser cuestionado, ni revocado, y esa fiesta va a durar unos 7 años!
Para la Cábala Urano-Hochmah es la energía de la vitalidad universal llamada Amor, y por lo tanto favorece nuestros impulsos, nos ayuda a reconsiderar situaciones y experiencias que no funcionaron sin esa buena dosis de medicina universal, la del botiquín del universo. Si en la etapa precedente se iniciaron cambios, Urano en Tauro va a dar continuidad a todo ello, pero de una forma mucho más concreta, disponiendo del material necesario para que el engranaje funcione.
Por otra parte, hay quien sacará mucho provecho de todo ello, encontrará tesoros escondidos en la profundidad de su personalidad o tal vez en algún filón que le dará un buen rendimiento. Podrá dar vida a objetivos grandiosos para que la suerte sea una realidad más tangible, rediseñar la forma, los valores, las normas. Urano permite descubrir la unidad de todas las cosas, en el reino de la materia, o sea que nos insta a pasar de la teoría a la práctica para contemplar la belleza existente en cada partícula, y nos permite ir más allá de lo que es sucio, vil, corrupto, como diría Kabaleb. Se trata de hacer el bien y que esa función se instale en el sistema social como algo más permanente. Puede dar ayudas a quienes de verdad lo necesitan, generar olas de solidaridad, como también desmontar chiringuitos de corrupción económica a destajo en el seno de los grandes lobbies. Urano en Tauro pretende que el mundo sea más feliz, más amoroso y más equitativo, pero su manera de hacerlo puede ser expeditiva con la consigna de “al revés te lo digo para que me entiendas”.
Va a ser un tiempo de grandes transformaciones personales y sociales, que ya se están dando en el imaginario colectivo, en los grandes movimientos de seres humanos que abogan por una unión entre lo masculino y femenino, hombres y mujeres, una humanidad más bella, donde la realidad cotidiana sea contemplada desde las bases, no desde atalayas irreales, vendiendo humo a quienes quieren soluciones tangibles. Esperemos poder evitar que Urano en Tauro la emprenda a cañonazos con la economía, con los bienes, con quien se ha columpiado en el exceso sin poner conciencia. ¡que no nos pille su energía contraria, la de la fisión!
Teniendo en cuenta que Júpiter está en el opuesto a Tauro, las cartas están sobre la mesa, no hay vuelta de hoja, ni un paso atrás y aquello por lo que se apueste será una posibilidad de cristalización segura, (¡aunque sabemos que con Urano no hay nada seguro!). Quien tuvo, retuvo, en lo bueno y en lo contrario, pero Urano va a encargarse de reorganizarnos, de liberarnos de ataduras que ya no deseamos, sobre todo en lo que afecte un sistema que no nos permite avanzar. Tauro es un signo de seguro, tenaz, y esa tenacidad con Urano en tránsito, va a suponer la perseverancia por el cambio positivo, amoroso, equitativo. Nos esperan grandes y hermosas sorpresas y más vale alinearse con el cambio de paradigma que sin duda vamos a tener la suerte de protagonizar.
Recordemos el guión de Urano: representa el amor universal, la providencia, el altruismo, la originalidad, la sanación, la revelación, la intuición, los descubrimientos, la innovación, la libertad, la emancipación, el progreso, la sublimación, el magnetismo, la aventura, la fraternidad universal, la solidaridad, el anticonvencionalismo, la inspiración y el conocimiento intuitivo. Rige la piel y el sistema nervioso.
Las disonancias de Urano en su tránsito por Tauro pueden generar: obsesiones, excentricidad, dictadura, anarquía, ruptura, rebeldía, radioactividad, irracionalidad, revolución, marginación, irresponsabilidad, sectarismo, enfermedad, desintegraciones. Da un carácter intempestivo e imprevisible.
Próximamente: Urano en Tauro para todos los signos.