Saturno, el planeta de la Ley y el Destino
Cronos, en la mitología griega; Saturno, en la romana; y Binah, como la tercera Sephirah del Árbol Cabalístico, representa el tiempo, el destino y el conocimiento alcanzado mediante el método y la experiencia.
Hijo de Gea y Urano, es el excelso representante de la Ley.
Su símbolo es la hoz y su lema: “lo que siembras, cosecharás”, esa justicia implacable que acaba imponiéndose sobre los mortales que osan desafiarlo. Aunque puede ser percibido como rigidez o represión, también promueve la prudencia, el ahorro y vela por nuestros intereses.
Saturno no solo marca el tiempo, sino también el lugar y las obligaciones a las que debemos enfrentarnos. Señala los retos y nos impulsa a edificar, corregir, enderezar el timón, recordándonos el valor de las cosas bien hechas y la solidez de las estructuras internas y emocionales. Es cauteloso, discreto y tenaz. Como decía Goethe: “es en la limitación que se muestra por primera vez el maestro”.
Sin embargo, Saturno representa también una energía que busca protegernos a través de la prudencia, evitando sufrimientos y dificultades, aunque a veces sus métodos resulten severos.
La consigna de este arquetipo podría resumirse así: haz las cosas bien para que no tenga que reprenderte.
Los atributos de Saturno
Expresa la legalidad, la reflexión, la seriedad, la profundidad del conocimiento, el marco, la regla, la ley, la organización, la precaución, la honestidad, la templanza, la economía, la cristalización, el destino, la paciencia, la lentitud, la seguridad, la vejez, el ascetismo, la concentración, la cohesión, la responsabilidad, el sentido del sacrificio y la formalidad.
Rige el oído, los huesos, los dientes y las articulaciones.
Sus disonancias
Limitación, restricción, disminución, dureza, tacañería, sordera, dogmatismo, egoísmo, rigidez, conservadurismo extremo, depresión, tristeza, pesimismo, derrotismo, miseria, inflexibilidad, intolerancia, aislamiento, escepticismo, incredulidad, frialdad y frigidez.
Se le asocian también dolencias crónicas, sordera, reumatismos y dolores de huesos.