Esta hermosa imagen ha dado la vuelta al mundo por tratarse de un caso insólito en unos mellizos recién nacidos. Como explicaba el ginecólogo que los atendió, no había visto antes nada parecido y expresaba que sin duda tiene que haber una conexión especial entre estos dos hermanos que de forma espontánea enlazan sus manos, yo diría que formando un corazón con sus deditos. Lo curioso es que nos emocionamos y extrañamos al contemplar esta foto inhabitual, y cabe preguntarse si la conexión amorosa es algo que pasa desapercibido, o no se le da demasiada importancia y tiene que llegarnos una instantánea como esta, extraordinaria, para que nos demos cuenta de lo amorosos que somos. ¿cuál es el mensaje?
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y tal vez esos pequeñitos, -almas grandes atrapadas en un cuerpo que tiene que volver a aprenderlo todo-, nos están dando un mensaje a todos, a sus padres, a los facultativos que los atendieron, a los que escribimos unas líneas, a los que las leyeron y leerán.
Pero este es el compromiso que hemos venido a cumplir. Amarnos desde el momento de la concepción, amarnos cuando asomamos la cabeza, o las nalgas para encarnarnos en el planeta, amarnos incondicionalmente, porque el Amor sana, anima nuestras células, las oxigena, genera endorfinas, crea lazos, conexiones anímicas y químicas en nuestro cerebro, en nuestra sangre, en nuestro DAM, (Datleth, Aleph, Mem), vehículo del fluido emocional que lleva las imágenes de todas nuestras experiencias humanas.
Necesitamos enlazar nuestras manos y nuestros corazones tan a menudo, tantas veces como haga falta para recordarnos lo maravillosos que somos. Estas dos almas han venido sin duda a cumplir una gran tarea, como los míticos Adam y Aisha, (Eva), en su desarrollo masculino y femenino. Nos recuerdan que somos seres profundamente amorosos y que la conquista de la unidad pasa por la dualidad, una hermosa reconciliación de nuestro ser interior y exterior y de los aspectos complementarios. Del equilibrio de esta unión depende nuestra armonía personal y la armonía de todo lo que nos circunda.
Que esa imagen ampliada que el ginecólogo ha colgado en la pared de su consulta sea un emblema más de la ternura que despierta el ser humano en nuestros corazones.
Gracias a estos dos angelitos y gracias a sus padres, a los padres de sus padres hasta 7 generaciones por permitirnos compartir este hermoso nacimiento.