La Familia y la crisis de valores
Empezamos por analizar lo que ocurre al estamento familiar, ese pilar de la sociedad sobre el cual se fundamenta nuestra experiencia de vida, de dónde venimos, las referencias ancestrales, las columnas del templo y la base experimental desde donde empezamos a evolucionar y que va a determinar gran parte de nuestro recorrido.
¿La familia está en crisis? o ¿son los miembros que la componen los que están afectados? El arquetipo familiar está compuesto por seres humanos en tránsito de evolución, por lo tanto, el modelo familiar está tocado porque cada uno de sus componentes está teniendo dificultades para situarse, para reconocerse y establecerse armoniosamente, en perfecta sintonía.
La presencia de Saturno en Escorpio está sometiendo a este prototipo social a un duro marcaje. Saturno se asocia al padre, lo que representa un valor inmutable: es el encargado de transmitir la vida.
Es, por lo tanto, la solidez misma de este arquetipo la que está en entredicho. Saturno pone el acento en la necesidad de construir el edificio de cualquier experiencia, (Saturno es el planeta regente de Capricornio y simboliza las edificaciones), con bases consistentes, perdurables y por el contrario estamos viendo como las separaciones se multiplican. Si Saturno representa el padre, el jefe, la autoridad, y el edificio, material y anímico, los ladrillos de la casa donde residimos, la falta de autoridad, de solidez es evidente, la casa se derrumba.
No nos sirve cualquier solución y en vez de ayudas, vemos que las circunstancias nos invitan más a la desorganización que al orden en la lista de prioridades: No hay tiempo para construir bien, ni una familia, ni un edificio.
Saturno en tránsito por Escorpio está poniendo contra las cuerdas lo que falla, esto es, la unión familiar, la casa, todo se tambalea por falta de cohesión. Los cambios de modelos parentales, la desorientación respecto a la educación es evidente, (padre e hijos). Se buscan nuevas vías de experimentación, nuevas formas de enfocar las libertades y los compromisos no se sustentan sobre los mismos valores, precisamente porque estamos en un cambio de paradigma y vamos a la deriva. Las referencias del pasado no nos sirven, y por lo tanto la figura saturnina, -el padre-, no soporta el mismo peso ni la misma responsabilidad.
No vamos a disertar si la función de padre es más o menos adecuada, pero lo que parce evidente es que las relaciones familiares están perdiendo fuelle y en muchos casos, el Norte. Hace falta madurar y asumir los cambios en nuestro interior, esa nueva visión de la experiencia parental, sin por ello descartar las valiosas referencias del pasado. Los valores fundamentales se basan en la unión amorosa, no la lucha por quien tiene más o menos razón en un conflicto.
Saturno en un signo de Agua, (de emociones internas), está poniendo en aprietos todo el sistema, todo lo que es susceptible de ser reorganizado. El descontrol afecta no solo la familia física, sino la economía familiar con cargas hipotecarias inadmisibles, con gastos que están por encima de los ingresos, (Escorpio se asocia a las inversiones). El dinero es energía y tenemos que replantearnos la manera en que la hemos utilizado. Nos han vendido un estado de bienestar más basado en la demanda exterior, en las apariencias, que en la realización interior o el desarrollo de los valores humanitarios. Las consecuencias están haciendo estragos en la sociedad.
Saturno en su tránsito por Escorpio nos pone las pilas, nos obliga a renunciar, a reducir el tren de gastos, a poner coto a los deseos, y reordenar lo que se ha descontrolado. Tenemos por delante 2 años largos, (tránsito de Saturno), para rescatar nuestras riquezas internas, para recuperar antiguos valores y ponerlos de manifiesto. Nos toca separar el trigo de la paja e invertir en todo aquello que creemos, sacándonos de encima lo que es superfluo para no volver a cometer errores respecto a lo que pretendemos aparentar y lo que realmente somos. Nos va a obligar ser auténticos.
Escorpio es el Ave Fénix, y por lo tanto si la familia, la comunidad están en crisis, es un claro indicio de que los fundamentos se resquebrajan para dar paso a una nueva construcción. Es la oportunidad de reordenar nuestra vida según ciertas normas, las que nos llevan a recuperar la batuta de nuestras emociones, buceando en nuestro interior, (Escorpio) hasta poder rescatar la autenticidad, apostando por lo que nos hace feliz por dentro, contribuyendo así a la felicidad de los demás, de la familia en este caso. De la quema quedan las cenizas, de las cenizas se hace lejía, y la lejía es un poderoso desinfectante.
Durante este tránsito es posible que sigamos asistiendo a un incesante goteo de separaciones, (Escorpio corresponde a la Casa VIII, la que también se relaciona con los divorcios), pero también asistiremos a auténticas catarsis, a reconciliaciones espectaculares cuando las personas afectadas tomen debida conciencia. Veremos rehabilitaciones impactantes, situaciones que sanan porque Saturno no es el enemigo, sino que pone de manifiesto lo que no funciona, descubre la trama de lo que es contrario a nuestra evolución. Van a ser 2 años de restricciones, pero también de revalorización y reagrupamiento familiar, social y económico. Habrán personas, familias, colectivos desahuciados que volverán a arrancar en todos los sentidos y nos aportarán con su testimonio, una gran lección de vida.