Géminis, Astrocábala y educación en signos de Aire

Géminis y su desbordante simpatía, su inagotable curiosidad y su célebre dispersión.

Signos de Aire: guía para educar a Géminis

No hay espíritu más abierto, juguetón, divertido, expresivo y locuaz que la naturaleza Géminis. Tercer signo de Aire para la Astrología Cabalística, estudiando el Zodiaco constituyente, es decir por elementos. Con un extraordinario potencial intelectual y una mente práctica, tener a Géminis en casa es como una fiesta.. ¡after hours! Hay que estar dispuesto a la marcha, a las preguntas, a facilitarle una fuente de distracción permanente. Es audaz, competitivo y con el deseo de tener la última palabra. Probablemente por eso empiece pronto a hablar y en medio de un grupo le gustará llevar la iniciativa para dar su opinión y enredar un rato para conseguir aliados. Es puro nervio, es precoz y disperso, por lo tanto habrá que ayudarle a centrarse en los objetivos más concretos. Pon a Géminis en tu vida y te cambiará las cosas de sitio, las ideas, los gustos, y ¡te revolucionará por tu bien!

Para este signo tan movido todo debe ser como un juego, la ilusión de descubrir, de estar en permanente contacto con la vida, con la gente, con la naturaleza; no le gusta estar solo, busca siempre compañía, (Castor y Polux son los gemelos que ilustran la esencia de Géminis).

Para que Géminis se divierta lo mejor es poner a prueba su ingenio, es hábil en el manejo de las cosas, materiales y mentales. Se dice de Géminis que tiene dos caras, pero en realidad se interpreta erróneamente su capacidad para estar en varios sitios a la vez y para adaptarse a las circunstancias. Es verdad que quiere meter baza en todo, pero pensemos que ha llegado al final de la etapa de Aire ¡y se las sabe todas! Por lo tanto, hay que atender su discurso. Se implica y tiene una gran facilidad para sacar puntilla a las situaciones y contagiar sus sueños a los demás.

Si Géminis se sienta en clase al lado de Escorpio, puede resultar muy útil y didáctico y, una de dos, o Escorpio se espabila mucho y eso le ayuda a superar su timidez, o ¡acaba con migraña!, pero vale la pena intentarlo. Hay que tener en cuenta que necesita libertad de acción para probar “cosas”, ¡que no decaiga la fiesta y que sobre todo no se aburra!. De pequeño será más controlable, y no es que puede sufrir un déficit de atención, (que ahora, en mi opinión, etiquetan más de la cuenta), es que estará siempre buscando algo para entretenerse, para motivarse. Durante la adolescencia es posible que pueda canalizar ese lado tan disperso al tener su grupo de amistades y que los intereses de unos y de otros sean suficiente incentivo para satisfacerle.

Pero está claro que su cabeza no va a parar. Relacionarse con gente le conviene, supone un aliciente, un aprendizaje, y si es con diversión, mejor, de lo contrario se desconectará, se desinteresará de lo que le propongan y mareará al personal. Le motiva todo lo que supone un reto a su destreza intelectual, pero hay que marcarle tiempo para que no se agote mentalmente. Necesita alimentos energéticos, evitar las golosinas que crean adicción y optar por el azúcar sin refinar y los alimentos frescos.

Cuanto antes se le den responsabilidades, más se incentivará su lado participativo. Por ejemplo, puede ayudar a cambio de quedarse a dormir en casa de sus amistades, puede ser un buen pacto. Cuanta más interacción tenga con la familia, juegos de azar, teatro, películas, lectura, mejor; la inventiva es lo suyo y el deporte su válvula de escape.

Va a demostrar su sagacidad y su desparpajo muy pronto, habrá que enseñarle a tener paciencia, que dé 7 vueltas a su lengua antes de hablar para no tener las respuestas en la parrilla de salida, ya que va a ser difícil rebatir sus argumentos y tiene que aprender a escuchar, a decir lo que piensa, pero no afirmar lo que cree que creen los demás, es hábil en dar la vuelta a los argumentos cuando está convencido de algo.

Es muy necesario que vaya aprendiendo el valor de la palabra, que en su caso puede emplear como un arma, y mejor que no sea arrojadiza, sino más bien para unir, para expresar autenticidad. Cuando un Géminis se trabaja, entonces caen los muros de la incomprensión, se abre el telón y se descubre una naturaleza radiante, divertida, alegre y dispuesta a cualquier cosas para generar una amorosa complicidad.

• Géminis se siente a gusto en todas partes porque es el alma de la fiesta, quien procura que los compinches se reúnan; ¡delega la organización pero mete baza si se tercia! Motiva a las personas de su entorno porque la vida hay que vivirla ya, en el segundo mismo y no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
• Sus mejores cualidades: su jovialidad y buen humor; su capacidad dialéctica; sus iniciativas pensando en el grupo; sabe vender lo que le interesa al comprador y busca la afinidad de las personas. Cuando ha aprendido a escuchar es el perfecto amigo, aliado, pareja, o compañero de viaje. Tiene un eterno aspecto de juventud que consigue gracias a que sabe aprovechar el tiempo y sentirse a gusto en casi cualquier situación.
• Las peores: su imparable dispersión, su mitomanía cuando no conoce el poder del pensamiento y la palabra: no se puede vender hielo a los esquimales. La superficialidad cuando no quiere trabajar el fondo de las experiencias y hablar sin pensar, lo que le lleva a decir lo que en realidad ni piensa.