¿Qué puedes sembrar hoy para que todos saquen provecho de tu cultivo? Las claves: generosidad y complicidad
Conjunción Júpiter –Plutón, una conjunción planetaria de altos vuelos.
Por si era poca la movida planetaria actual, sumamos otro acontecimiento astrológico: la conjunción de Júpiter y Plutón en Capricornio. Ya mencionamos ese aspecto que planeaba en la lunación de Aries, ahora vamos a inspeccionarlo más detenidamente.
Estas dos fuerzas de la naturaleza llevan unas semanas acercándose al punto de roce, -lo hemos estado viviendo intensamente-, y lo harán de forma tangible, -e inusual-, tres veces en los próximos:
- 4 de abril 2020, a 24º54’
- 30 de junio 2020, a 24º06’
- 12 de noviembre 2020, a 22º52’
Tres veces se tocarán para activar una voluntad de acción enfocada a producir en nuestra naturaleza interna un cambio de paradigma, de visión, de producción emocional, mental y material. Nos han ido dejando un reguero de señales, y cuando consuman sus orbes, será un punto de no retorno, por lo tanto no hay que perder el tiempo y ponernos manos a la obra.
Júpiter representa la expansión, el poder, la multiplicación, la ambición, la alegría, la exageración, las oportunidades. Es el planeta de la generosidad, el liderazgo, el carisma, el gusto por la aventura, el entusiasmo, el optimismo, la multiplicidad, la amplitud, la autoridad, el poder. Pero, cuando distorsiona, genera exageración, prepotencia, ambición desmesurada, despilfarro, permisividad, descontrol.
Plutón reina en el inframundo y se asocia a la destrucción y reconstrucción, orquesta reajustes, regenera sacando a flote lo que no funciona. Es el planeta de la purificación, la catarsis, la resurrección, la reactivación, el cambio, la curación, el poder oculto, la metamorfosis; redimensiona, limpia, renueva, y lo hace a cajas destempladas. Cuando Plutón crea disonancias puede producir catástrofes, seísmos, desorden, derribos, tormentos, liquidación, desgarro, corrupción, las guerras y grandes obsesiones.
Los dos juntos pueden llevarnos del cielo al infierno y viceversa.
Llevamos años con Plutón en Capricornio, (desde finales del 2008, y la última vez que estuvo fue en el siglo XVIII), el signo que se encarga de la construcción de bases sobre las cuales organizar la vida. Por lo tanto, como vemos que esos dos arquetipos planetarios, funcionan con energías muy dispares, los dos en conjunción pueden sembrar, (conjunción), el caos para recomponer, devastar para limpiar, reorganizar para transformar la existencia, pero sus efectos son insospechados e incontrolados, ya que Júpiter tenderá a amplificar y expandir la energía plutoniana, -a los hechos me remito-.
Por una parte Júpiter estimula considerablemente los afanes constructivos en los dominios de Saturno; desea explotar al máximo las posibilidades que ofrece el mundo material pretendiendo alzarse como máximo representante del poder ejecutivo que trata de superponerse al poder legislativo, (Saturno). Si bien sus propósitos son constructivos, al ser el planeta que representa el paraíso para la Astrocábala, Hesed, y aunque su pretensión sea mejorar la vida de la sociedad, porque es un creador de riqueza, de bienestar en todos los sentidos, no tiene visión de futuro, se limita al presente, a gozar de lo que tiene; es la permisividad activa y su falta de previsión puede empobrecer el porvenir, a menos que “algo” le obligue a respetar los códigos éticos. Este es el cometido de Plutón en conjunción con Júpiter.
Por otra, Plutón en Capricornio rehabilita lo que tiene que mejorar ineluctablemente; activa la remodelación de forma lenta pero segura, y todo lo que está bajo su manto y desde que entró en Capricornio tiene el control sobre la materia con la que se construye cualquier estructura, cualquier edificio, humano y planetario. Todo lo que no goza de fundamento, de solidez, lo que está fuera “de la ley”, va a ser “obligado” a reestructurarse, sanarse, redimensionarse. Está claro que nos ha caído encima un compromiso de gigantesca envergadura.
¿Qué podemos esperar de todo ello, qué hacer?
Prestar la máxima atención a la subida de tono que nos han dado para que no nos suban aún más el volumen, no sea que nos quedemos sordos; escuchar la voz de los elementos trastornados desde hace tiempo y que no nos sostienen más: el fuego que azota grandes territorios; los deshielos que provocan un aumento de la temperatura; la atmósfera contaminada que altera la vida, el clima, repercutiendo en la fauna y la flora los cuales sufren alteraciones y extinciones.
Y en medio de todo ello estamos nosotros, unos seres a quienes se les ha regalado un vergel y que lo están convirtiendo en un vertedero. ¿Cómo no iba la naturaleza a rebelarse ante tanta incoherencia e inconsciencia? No hemos sabido parar a tiempo y ahora tenemos forzosamente que reconsiderar nuestros actos vandálicos.
Si se supone que el humano es el único capaz de alinear sus 4 cuerpos: físico, emotivo, mental y espiritual que provienen de la fuente del Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra,
¿Cómo es posible que estemos a merced de una pandemia?
La única explicación plausible en medio de todo este caos es que quedarse en casa equivale a interiorizar lo que está sucediendo, sin pánico, sin dramatismo, -hay quien no vuelve a casa-, sino con total conciencia de lo que está en juego. Hemos vivido al revés y tenemos que asumir errores, rectificar, y cuando somos incapaces de tomar las riendas, algo o alguien lo hace por nosotros.
Esta conjunción que se manifiesta en modo Yod-He-Vav-He, o si lo preferís, “a la una… a las dos… a las tres..”; nos pone en jaque, porque sí o sí, sin pretexto ni excusa alguna, frase recurrente de Kabaleb, hay que poner la cuenta a “0” y empezar de nuevo, descubrir nuevos horizontes, nuevas capacidades de unión con los 4 elementos fundamentales que crean la Vida.
Se trata de unir mente y corazón, alma y cuerpo para que en bloque, -tal y como nos obliga esta pandemia-, rememos en una sola dirección, sanemos nuestra naturaleza, interna y externa, solo así sabremos entender lo que desde los 4 puntos cardinales de la existencia nos está reclamando.
Así que más que saber cómo nos afectará a nivel particular esa conjunción Júpiter Plutón, que cada cual reflexione acerca de lo que puede hacer desde su parcela individual para sanar y sentirse parte de un colectivo que se mueve para buscar soluciones efectivas y aplicarlas ya.