Las Casas de Tierra
Después de haber experimentado con todas las Casas Yod de Fuego, Casas He de Agua, Casas Vav de Aire, llegamos al estadio de las Casas de Tierra que se definen como la Trinidad de la Materia y se asocian a la expresión de la existencia material de las cosas. Son Casas de objetivos concretos que actúan en el medio social en los diferentes registros de lo que nos transmite la realidad vivida.
Casa X, capacidad profesional. Relación con el padre. 2ºHe-Yod
La Casa X se asocia al signo de Capricornio, primer signo de Tierra donde tienen lugar los trabajos de construcción de la realidad material. Representa la etapa de cristalización de los propósitos humanos. Lo que fue una experiencia interior pasa a ser poco a poco una realidad exterior. Sin embargo, todo pasa por un proceso de aprendizaje. Es por ello que no podemos siempre situarnos en un puesto de director y hemos de pasar por la etapa de aprendiz para ir escalando peldaño a peldaño la maestría. En el sector X se supone que esta perfección está llegando a su punto culminante y que nos sobran habilidades para llevar a cabo la cristalización del objetivo primigenio. Se asocia a la profesión teniendo en cuenta que el estado evolutivo tiene que haber alcanzado un grado de maestría y la sociedad nos lo reclama. Se sitúa en el punto más elevado de Carta frente a la Casa IV, la de la Madre. Los planetas emplazados en la Casa X expresan las cualidades que más destacarán en nuestra vida
Y ¿a qué nos religamos en la primera etapa de la vida? Pues a algo mayor que nosotros mismos, la figura del padre. Por ello se le atribuye a la Casa X al padre físico y/o también de una referencia espiritual, trascendente. Es la casa de la ambición; de los logros sociales, de nuestra contribución al mundo y la necesidad de ser reconocidos. Los antiguos griegos creían firmemente que cuando un ser humano realizaba un acto heroico y verdaderamente noble se le recompensaba con el honor de ser convertido en una constelación en el cielo que luciría toda la eternidad. No sólo podemos ubicar la profesión en la Casa X sino más bien el enfoque que le damos a nuestro trabajo, ya que la profesión que escogemos puede verse reflejada en otros sectores de la Carta. La activación de este sector perfila la facilidad o la capacidad para gestionar el sector laboral. La correspondencia de la Casa X con el padre físico nos ayuda a comprender como percibimos a nuestro padre, que es lo que necesitamos ver en él y la influencia que tendrá sobre nosotros, el poder que ejerce su autoridad. Es también la ley y el jefe.
Casa II. Bienes y Ganancias. Seguridad Material. 2º He-He
La Casa II se relaciona genéricamente con Tauro, 2° signo de Tierra, donde la abundancia material ha de ser una realidad tangible. Es por ello por lo que se relaciona este sector con las ganancias, los bienes, las riquezas, la seguridad material. El ser humano consigue a través de la Casa II el contravalor de sus esfuerzos, es decir aquello de lo que ha sido merecedor. La Casa II también nos habla de las riquezas de que dispone el individuo, así como de lo que le da seguridad. No todos los valores son materiales. Hay quienes consideran que el amor da seguridad, otros que lo hacen la adquisición de poder o de ideas. Todo dependerá de donde se ubique la Casa II, si en signos de Fuego, de Agua, de Aire o de Tierra. A través de la Casa II nos conectamos con la parte más tangible de nuestra personalidad. Hay un objeto u objetivo que deseamos y que trataremos de alcanzar. No sólo se establece nuestra relación con el dinero, sino con todo aquello que podemos considerar como un bien, una riqueza, un valor. Por otra parte el emplazamiento de la Casa II nos informará acerca de las facilidades o dificultades para obtener ganancias, para rentabilizar nuestro potencial creativo. La Casa II muestra lo que deseamos, valoramos o apreciamos. Tomar conciencia de lo que somos como valores potenciales de “algo” que subyace en nuestro interior forma parte del guión de esta Casa. En la Casa II se inscriben los deseos de “poseer” algo, alguien, dinero, ideas, sentimientos, o cualquier otra cosa que nos suponga seguridad.
Casa VI. Servicio Y Salud. 2ºHe-Vav
Querer ser aquello que uno realmente es constituye lo opuesto a la desesperación.
La Casa VI es el sector que nos invita a definirnos conociendo las limitaciones, a entrar en la dinámica del servicio obligatorio como parte del tributo que tenemos que rendir para llegar a la perfección recuperando la naturaleza virginal. Hacer inventario de nosotros mismos. Desde la Casa I vamos elaborando un guión, lo que en los signos y Casas de Fuego se elaboraba a nivel de conciencia, de voluntad, compartiendo ideales profanos y divinos. Del Fuego al Agua agotábamos las experiencias emocionales, compartiendo pasiones, luchas emocionales. Descubrimos lo que es la fuerza de conexión, de la unión con el elemento racional de la mente, el Aire, para después construir y gozar de la experimentación práctica de nuestros recursos, de las lecciones aprendidas que deben servirnos para hacer algo coherente en el ciclo de Tierra. Pero llegados al punto de la casa potencial de Virgo, la Casa VI, un nuevo gran ciclo debe comenzar y para ello debemos irremediablemente desprendernos. Ya no hay canales donde vaciar nuestros depósitos. No podemos retener nada, debemos soltar lastre porque lo que no es expulsado acaba deteriorándose. Obstruir ese canal ocasiona perturbaciones de salud. Todos los compromisos adquiridos, las deudas, las experiencias deben llegar a su fin y ser anuladas, pero en la cuenta del debe y del haber no siempre nos salen los números. Eso es lo que produce la enfermedad. Debemos ser responsables de nuestros actos, los que saltan de ciclo en ciclo hasta llegar al canal de la Casa VI, donde se identifican con tal o cual experiencia. Es por ello que la Astrología tradicional se refiere a este sector como el de los subordinados, los inferiores jerárquicos, la humildad, los animales domésticos, los instintos, los hábitos que no nos convienen, las molestias, lo que no podemos ambicionar y sí acatar.
La Casa VI establece el puente de acción entre lo que somos por dentro y la relación con lo de fuera, con nuestros 4 cuerpos. La Casa VI establece un límite, estructura un horario, nos somete a lo que cada uno nos identificamos. Somos lo que comemos, lo que creemos, lo que proyectamos, lo que lloramos u optimizamos. Ahí encontramos muchos de los porqués de las nuevas enfermedades, las que no dejan rastro en la piel, sino que están en el alma: La angustia existencia, el miedo a vivir, a morir, a enfrentarnos con lo desconocido, a seguir con lo conocido.
También se le atribuye a la Casa VI la naturaleza del trabajo que hacemos, porque el trabajo es visto como una fatiga, como una molestia, como una obligación. Somos un todo indisoluble de la Gran Máquina Cósmica. Cada célula “sabe” lo que tiene que hacer, cada uno debe tener la conciencia de actuar. Eso es la armonía del Universo que nos pide organización consciente para funcionar al unísono, porque lo que pensamos y sentimos afecta a nuestro cuerpo. La Casa VI es un canal, su clave es dejar fluir para acompasarse al ritmo del universo.