Un salto de conciencia
Somos espectadores de excepción de grandes movimientos que marcan nuestro acontecer en el planeta y cada vez es más la gente opina que las cosas están cambiando. Hablamos todos los días de crisis, de reajustes económicos, de la necesidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos porque las cosas no pueden seguir en la misma línea. Pero se habla bien poco en los medios oficiales de lo que se está preparando, de lo que es inevitable y es la revolución de la humanidad hacia un necesario reajuste, un caos que nos lleve a la reorganización, para llegar al compromiso que establezca y elabore un decálogo de valores comunes que impliquen a todo el planeta.
Pero para que esta utopía se convierta en realidad, no nos cansamos de repetirlo, hay que alinearse con las energías más positivas, energías que existen en la naturaleza, en las conciencias y los corazones de los seres humanos. No podemos seguir dando la espalda a lo que está ocurriendo, una masa crítica cada vez mayor de personas están clamando por esa unión y hay que ser solidario con el que no alcanza a comprender qué ocurre, y unirse al que lo ve mucho más claro.
Qué ocurre el 12/12/2012.
Hay quién ve en esta fecha o en la del 21/12/2012, el final del mundo, y nos hemos referido a ello en otros artículos. Se trata del final de una etapa, el final de la forma en que hemos vivido hasta ahora. Hablamos de responsabilidad. Nuestra conciencia debe abrirse a una nueva forma de visión y expresión. Todo este proceso viene desencadenado por las predicciones del calendario Maya.
Los Mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo y que se sincroniza con nuestro propio organismo y con el organismo de Gaia, la tierra, y estos reajustes pasan por lo que nuestros científicos identifican como erupciones solares y cambios magnéticos. Estos reajustes suceden aproximadamente cada 5.125 años. Nuestro sistema solar tarda 25.625 años en hacer un giro completo alrededor del centro de la Vía Láctea, que es nuestra galaxia. Y hemos llegado a esa fecha crítica.
Lo sorprendente es que esta civilización que es originaria de Mesoamérica, (Guatemala, Honduras, el Salvador..), y que se remonta a 3.000 años, pudiese determinar el ciclo de 5.125 años que ha sido corroborado posteriormente por los astrónomos modernos. Estos Mayas hablaban de entrar en un nuevo amanecer. Este periodo coincide con estas erupciones solares y cambios climáticos importantes, así como cambios profundos en la naturaleza del ser humano. Se trata de una proceso universal que nos infunde la idea del cambio de conciencia, ya que asociamos al sol con el centro de nuestro ser, nuestro corazón, (conciencia unitaria). Si los Mayas predijeron que el viernes 21 de diciembre del 2012, el Sol recibiría una fuerte descarga, y resulta que los científicos están observando las mayores actividades solares de los últimos tiempos, hay una enorme coincidencia,- que no lo es-, respecto a lo que nos dejaron escrito estos antiguos sabios. Hablaban del fin de un mundo, el que hemos vivido hasta el momento.
Es evidente que de lo que se trata es de estar preparados para atravesar la puerta que nos indicaron los Mayas, esa necesidad de cambio que ya está sucediendo, y abandonar la franja de comodidad y superar el miedo a la nueva visión de las cosas. A nuestra civilización le cuesta mucho adaptarse a los cambios de paradigma, instalados en una especie de inoperancia, para unos más holgada que para otros.
El individualismo más recalcitrante tiene las horas contadas, y ese gran cataclismo del que nos hablan, que por otra parte está afectando el clima y la orografía planetaria, da comienzo a una nueva era, a un sexto ciclo del sol.
El número 6 en Cábala, Tiphereth, es precisamente el Sephirah representativo de la conciencia solar, de la búsqueda de la belleza del equilibrio, y por lo tanto no es casual que este ciclo sea el encargado de despertarnos de manera más contundente, obligándonos” a reafirmar nuestra convicciones, a decantarnos por la luz o las tinieblas, las que afectan nuestra inopia. No es casual que los datos científicos de la NASA advierten que el periodo 2012-2013 es el de máximo ciclo solar.
Podemos deducir fácilmente que nuestras conciencias están siendo bombardeadas ininterrumpidamente, de ahí tantos cambios afectivos, anímicos, sociales, económicos, etc., tantos que no tenemos tiempo de asumirlos, cuando sobrevienen más. Este es un periodo de gran aprendizaje de una época de cambios que enfrenta al hombre consigo mismo para llevarle a escudriñar sus propias falacias, sus tendencias más ocultas para conseguir que su comportamiento esté acorde con el latir del universo.
La secuencia numerológica del 12/12/2012
La primera de las secuencias notables es la que se deriva del 12/12/2012. El lenguaje de los números se expresa en vibración, porque sus arquetipos se refieren a la formación de todo lo creado. Los números son referentes, códigos que se expresan en un lenguaje unitario. El número conecta con la esencia de las cosas, es pura intuición, abstracción sí, pero una abstracción que define estados de conciencia. Las secuencias numerológicas tienen un significado que se conecta con el subconsciente y mueve estructuras, por dentro y por fuera.
El día 12/12/12 responde a una serie vibracional, la antesala del día 21/12/12 marcado por el calendario Maya que se viene anunciado desde hace eones, y que por ello se convierte en un referente. El 12 se compone de un 1 y un 2, lo que nos indica el principio, (1), y su dualidad, (2). Para la Cábala 1 es Kether, la Corona, la fuerza de la Luz en su infinidad y el 2 es Hochmah, el amor más universal, la fuerza Crística por excelencia, la posibilidad de recibir la Luz de Kether, iluminando nuestras más elevadas funciones y constituir el 3, Binah, la virtualidad de la Forma de todo lo creado. Estamos esperando que suceda “algo” ese día, y estamos activando los mecanismos de respuesta cósmica, por llamarlo de alguna forma, dando lugar a un acontecimiento primero en forma de “revelación” inconsciente, (1), depositándolo en nuestro corazón, (2), para lograr que esta luz se expanda, (3). El día 12/12/12 estaremos conectando con una serie de números, (12), que representan un múltiplo del arquetipo de la forma, (3), lo que nos lleva a cimentar esa transformación interior, a consolidar esa apertura del portal que desde el 12 al 21 de diciembre se estará ensanchando en nuestro horizonte. Todo va a adquirir mayor importancia si estamos atentos a lo que sucede dentro y fuera de nosotros. Si sabemos escuchar, percibir, atender, si somos sensibles a la energía, seremos capaces de alinearnos con ese gran cambio que se opera desde el sol central, percibiendo como sus rayos van a activar nuestro chacra corazón, haciendo que sus vibraciones aumenten, calienten nuestras emociones en aras de sentirnos unidos en un proyecto común, el proyecto de ser más conscientes de nuestro potencial real.
Llegamos al final de una etapa, el 12 marca la rueda zodiacal, los meses del año, las horas diurnas y nocturnas. Este día coincide con el último de la Luna de Escorpio, el 13 entra la de Sagitario, estableciendo una clara separación entre lo que fue el ayer, (antes de esa fecha), y lo que será mañana, a partir de esa Nueva Luna de Sagitario. Podemos quedarnos anclados en el pasado, o traspasar la puerta de ese futuro que es nuestro presente de cada día. Podemos seguir en el temor, o recrearnos en el amor.
Es la fecha de apertura a una nueva dimensión interior, la posibilidad de liberarnos de antiguos patrones. Este día y los siguientes no va a ocurrir nada que no esté previsto que nos suceda, ni lo que no estemos preparados a asumir. Todo lo que llegue sin duda va a marcar nuestra forma de ver la vida, pero –insisto-, es desde nuestro interior desde donde lo percibiremos. No esperemos nada extraordinario, porque tenemos que darnos cuenta de que vivir es lo extraordinario.
Para muchas personas estas fechas se han convertido en un referente, porque es su deseo adherirse a ese patrón para dar el pistoletazo de salida a esa experiencia de cambio, y va a ser un momento estelar para el que se conecta con esa energía que nos lleva a redimensionar nuestra vida.
Esta activación es única, porque como otras, nunca volvera a ser, como el día de hoy tampoco volverá a suceder jamás mañana. Más allá de pronósticos sensacionalistas, si ese día sirve para que nos demos cuenta de la importancia de cada amanecer, ya podremos dar por bien empleada la jornada.
Ese día podemos ingresar conscientemente en una realidad mayor y viajar a otras dimensiones, pero no las busquemos, -de momento-, en las Pléyades,- busquémosla en la profundidad de nuestra revelación interior, porque ahí es donde mora nuestra auténtica divinidad.
A un paso de la nueva consciencia que estrenaremos el 21/12/12, podemos hacer las maletas y viajar a los confines de nuestro universo personal y descubrir lo impresionantes que somos, el potencial y el carburante disponible y poner rumbo a nuestra mejor estrella, la que nos lleva directamente al corazón.
¡Feliz y Amoroso Viaje!