Los sueños son mensajes ocultos a la conciencia que solo esperan ser revelados.
El inquietante sueño de Mónica
Mónica expone un sueño muy intenso e interesante. Vamos a tratar de descubrir lo que expresa como un ejercicio que puede resultar útil para ampliar el diccionario de interpretación de sueños Mas allá de los Velos de Morfeo.
Soñé que estaba en Madrid (yo vivo en una ciudad cercana a Barcelona), cenando en casa de una pareja que podrían ser compañeros de trabajo, junto con otra pareja. La segunda pareja era catalana, pero no reconocía ni los compañeros, ni el ambiente entre nosotros, ni la relación que teníamos, ni el tipo de trabajo en el que estábamos.
El piso estaba en el centro de Madrid, era muy pequeño, muy lujoso, en un buen barrio y en un edificio muy extraño, antiguo, como histórico, reformado, transformado en apartamentos.
Nos sentamos alrededor de una mesa y los anfitriones sacaron unas bolsas muy grandes de basura orgánica que desprendían muy mal olor. De repente, la esparcían bruscamente encima de la mesa, como si estuviera pactado anteriormente que iban a hacerlo.
En el sueño yo no me atrevo a hablar en catalán para que no se enfaden los anfitriones madrileños. Tampoco tengo muy claro si mi pareja estaba en el sueño, pero sí tengo claro que no estaba mi marido real y que la basura me la daban a mí.
Cuando me toca abrir la bolsa que debía contener basura, resulta que hay un juguete y pienso quedármelo para mi hijo, (un hijo del sueño, porque no tengo un hijo pequeño, tengo dos hijas de 24 y 20 años). En la bolsa hay un camión con un contenedor desmontado. Cuando dejo las piezas en el suelo, se montan solas, mágicamente como si fueran imanes. En el contenedor del camión hay un coche pequeñito de juguete, y valoro dárselo a la otra pareja para su hijo. Pero decido que me lo quedo.
La siguiente escena me lleva a mi casa, que es sencilla, pero tengo servicio y resulta conflictivo. Son un hombre y una mujer, amigos que parecen un poco “quinquis o gamberros”. Intento reconducir la situación pero el hombre empieza a agredirme verbalmente y opto por llamar a los Mossos d’esquadra para echarlo.
Ese mismo hombre está ahora fuera, sentado en el banco del parque de delante de mi casa, (este espacio sí que es familiar porque es el parque delante de mi bloque). Agarra el teléfono de mi hijo, (del sueño), que también está en ese parque, y llama porque quiere la contraseña de sus juegos de ordenador. Entonces me despierto.
Organización del sueño
Este es un sueño especialmente complejo, repleto de artificios en los que la psique se recrea. Seguimos las indicaciones del libro Mas allá de los Velos de Morfeo en el apartado: confeccionar un diario de sueños.
Protagonista principal: Mónica, la soñadora.
Escenario: Un piso en Madrid; su propia casa, un parque.
Protagonistas del sueño: compañeros de trabajo, una pareja catalana, un hijo, su pareja, un hombre y una mujer. La autoridad: Mossos d’esquadra.
Situación: la soñadora se encuentra en una ciudad lejos del lugar de su residencia real, en un piso antiguo, reformado, pequeño, de unos supuestos compañeros de trabajo, que en realidad no conoce. Comparte mesa con una pareja que define como catalana. La segunda parte del sueño se localiza en su propia casa.
Descripción del escenario: en este escenario onírico encontramos varios elementos que encadenan imágenes, apreciaciones de unas situaciones anómalas, en las que, la incomodidad, la sensación de estar fuera de lugar, de querer encontrar una solución a “algo”, resulta muy relevante.
Descripción de los elementos del sueño:
- La ciudad de Madrid: la soñadora describe primero su situación en el escenario del sueño. La ciudad representa un estado psíquico, el lugar donde se ubica el proceso del sueño y donde experimenta las sensaciones que va desgranando. La ciudad en los sueños representa las raíces, el estatus, el origen, un punto de partida concreto.
- Piso o casa: en el diccionario de sueños Más Allá de los Velos de Morfeo, describimos la casa como un arquetipo muy importante, ya que representa el Yo interior. Es un espacio en el que sentimos protección, -o no-, todo dependerá de las escenas que se desarrollen en él.
Mónica se refiere primero a un piso antiguo, lujoso, pequeño, reformado, para terminar el sueño en su propio y sencillo hogar. El pasado y el presente gravitan, las reformas indican que recicla situaciones, se adapta, pero quiere estar segura de sí misma, por eso el escenario se desarrolla finalmente en su casa real.
- Personajes: hay dos parejas, una de Madrid, la otra catalana, pero ninguna de las dos le son familiares. Después hay un supuesto marido y un hijo, que no son los reales; además hay un hombre y una mujer que están a su servicio y que plantean problemas, sobre todo el hombre, por lo que interviene también la policía autonómica.
Los personajes que aparecen en nuestros sueños definen tendencias. Si son conocidos, son instintos muy adscritos a la psique, personajes que nos hablan muy directamente. Si son desconocidos, suponen situaciones que no controlamos, disposiciones internas que aparecen para desconcertarnos, para que tomemos conciencia de su mensaje y que despiertan o sacuden nuestras emociones, nuestros pensamientos, son parte del paisaje de nuestra interacción social.
- Basura orgánica: tal y como lo analizamos en el libro, la basura proviene de los desechos, de lo que ya no se desea acumular, es lo que sobra. Es orgánica y huele mal, está putrefacta y la esparcen encima de la mesa, el lugar donde, por regla general, se pone y/o se comparte comida, no basura, y además tiene la sensación de que todo está pactado, era algo previsto.
- Objetos: unos juguetes, un camión, un contenedor, un cochecito, todos relacionados entre sí. Los juegos, los juguetes representan el deseo de evasión, de diversión, de encontrar satisfacciones. Vemos que esas imágenes surgen como una especie de respuesta a esa situación “basura”. Pero es un camión que contiene un contenedor a piezas, que se monta como por arte de magia, -en palabras de la protagonista-, y dentro hay un cochecito. Se lo queda para dárselo a su “hijo-ficción”.
- Parque: otra de las escenas del sueño se sitúa en el parque, después de llamar a la policía. La necesidad de salir, de dar un final a todo ese incierto entramado, porque el parque representa la naturaleza externa, escapar de la zona de conflicto interno.
- Teléfono: representa la comunicación, la necesidad de expresión real. Pero no es suyo, es de su hijo, que le ha sido arrebatado por el hombre conflictivo, con la intención de llamar y robarle las contraseñas de sus juegos de ordenador.
Posible análisis y conclusiones acerca de las descripciones y de las sensaciones del sueño
Podríamos catalogar este sueño como un rompecabezas bastante bien estructurado, dentro de la complejidad de todas las piezas que conformen el puzzle, y que, aunque puedan parecer absurdas, tienen su explicación.
Cuando analizamos cada uno de los componentes de las imágenes observamos un hilo conductor, la desorientación de Mónica, su desorientación respecto a un escenario de su vida.
En primer lugar, está en Madrid, con madrileños y catalanes que podrían ser compañeros de trabajo, es decir que forman parte de su vida cotidiana, pero en realidad, no los ubica. El piso lujoso, histórico, extraño, reformado, muy pequeño, todos adjetivos que describen una situación personal ambigua, que asume, tal vez, por aceptación, por quedar bien, porque es lo que toca…, pero está incómoda. No se atreve a expresar lo que piensa, lo que quiere: no habla catalán para no molestar; es decir que se escuda en las apariencias, en el temor a quedar mal.
Sentados alrededor de la mesa, comparten basura orgánica. Algo que podría resultar desconcertante, pero ella lo define como “algo que estaba pactado”, es como si esperasen esta situación que huele mal; aceptación de nuevo de algo que rehúsa, que sabe que no le conviene, que desprende hedor. Pero es como si la consintiese, aunque busca transformarla, readaptarla a su contexto. De ahí que, en vez de basura, en la bolsa que le toca abrir, hay un juguete, dentro de otro con piezas por montar, que acaban encajando solas, y del que aún se extrae otro juguete más; todo va a tener una utilidad: se lo queda para su hijo pequeño.
Hay un valioso simbolismo en todo ello. La necesidad de transmutar esa escena que huele mal para darle un “final feliz”, todo va a acabar bien, ¿verdad?, todo va a encajar al final en ese juego de la vida. Tal vez busca una justificación a una experiencia que está viviendo y que no quiere, pero la acepta. El camión-juguete, el contenedor y un cochecito.
Los vehículos simbolizan la manera de ir por la vida. Pero al tratarse de juguetes, no se pueden conducir, solo jugar, imaginar que lo son; uno potente, resistente, que contiene un contenedor, (¿para la basura?). otro más pequeño y manejable. Todo puede ser útil para ese “hijo”, que personifica la capacidad de crear, de utilizar la fuerza, la motivación para encontrar una salida: conducir su vida hacia donde realmente desea, y no por exigencias de un guión impuesto o de una obligación.
Pero, todo es demasiado endeble y superficial, y por ello en la última escena, vuelve a su hogar real que describe como una casa sencilla, es decir sin tanta complicación.
Su Yo interior desea que todo sea más simple en su vida, pero tiene a su “servicio” personas conflictivas, hombre y mujer. Dos tendencias personales, a priori “sumisas”, que podríamos asociar a su Sol y a su Luna, su consciente e inconsciente que no se aclaran entre sí, aunque Mónica trata de poner paz, pero al final reclama la presencia de una autoridad que imponga orden.
No obstante, no se resuelve la situación. El hombre, parte masculina, activa, que representa en este caso una imposición conflictiva, arrebata el teléfono de ese “hijo”, de esa creación, de esa libertad de acción, pretendiendo robarle la diversión: los juegos de ordenador. La facultad de tomar decisiones queda en entredicho; el disfrute de la vida, de hacer las cosas más por placer que por deber, sigue latente porque la soñadora se despierta.
Está claro que Mónica es la que deberá ordenar todas estas coordenadas y entender, en el fondo, lo que este sueño quiere decirle.
A modo de conclusión diría que, tal vez se esté dando o se haya dado una situación creciente de dudas acerca del rumbo que debe tomar. Es posible que se haya sentido ausente del lugar que cree que le corresponde; inseguridad respecto a ciertas decisiones que, repito, tal vez, por influencias externas, no se ha permitido realizar libremente.