Sé feliz descubriendo qué puedes hacer por ti que no hayas hecho hasta ahora
Hace pocos días un querido amigo me contó una noticia increíble: están creando en la universidad la asignatura de la “felicidad”. No puedo aún desvelar los detalles, el decano lo está aprobando y hay que organizar los pormenores de la materia, pero es firme. Mi alegría al conocer este programa alimenta mi confianza en el ser humano, porque en medio de tanto descontrol, con tantas noticias catastróficas, es como una luz que alumbra esos oscuros paisajes, siempre hay esperanza.
Os imagináis lo que puede suponer que un estudiante se matricule en un curso y que una de sus asignaturas sea: “la felicidad”. No cabe duda de que estamos avanzando y tal vez más pronto llegará el día en que vuelva a publicarse un diario de buenas noticias que no fracase a los pocos ejemplares como ya sucedió en el pasado.
La felicidad en términos cabalísticos se encuentra unida al Mundo de Creación, al Sephirah Hesed, la bondad del Paraíso de donde salimos y donde ansiamos volver. La felicidad es un estado unificado de conciencia del bienestar de nuestros 4 cuerpos, físico, emocional, mental y espiritual.
La Cábala nos enseña gracias a su filosofía, a sus fundamentos, a vivir en esa unidad, en esa armonía cuando descubrimos cuál es nuestra misión.
A lo largo de los años de consulta he podido comprobar que el miedo a triunfar es a veces muy superior al temor de fracasar. Cuando enfrentas a una persona a sus dones, a sus cualidades, a su potencial y le enseñas sus posibilidades reales de realización, en muchas ocasiones se asusta, piensa que ha perdido el tiempo si no ha aprovechado todo lo que sabe y se siente culpable, se paraliza ante tanta responsabilidad. Y ¿ahora qué hago?, te dice. En cambio cuando supone que ha fracasado, -algo totalmente subjetivo-, observo que se relaja porque es como tener argumentos para justificar tal o cual actitud o situación vivida.
.- Recuerdo el reciente caso de una persona de 60 años recién cumplidos. Le regalaron su tema astral. Un poco escéptica llega a la consulta con muchas ganas de hablar, de explicarme su vida. Se suponía que venía a descubrir alguna cosa de su potencial pero ella llevaba las riendas de la conversación. Al cabo de un buen rato, cuando le enfrento sutilmente a su “desconfianza”, se relaja y puedo entrar en materia. Desarrollamos su tema ampliamente. Se sentía ciertamente identificada con su magnífico programa, pero todo era en pasado, todo era hacía unos años, y se declaraba ahora profundamente infeliz. Con una vida resuelta en todos los sentidos, ir a trabajar todos los días suponía una tortura. Habiendo sido alguien muy emprendedor, muy didáctico y con grandes dotes para enseñar, para aconsejar, se había quedado en la zona de confort: era funcionario desde hacía 35 años, y su problema era que padecía un dolor de cabeza crónico desde hacia exactamente esos años. Cambiar de trabajo podría parecer, a estas alturas, completamente imposible, pero ahora entrando en el ciclo “Kether”, podía más que nunca iniciar una nueva etapa repleta de realizaciones. Pero su actitud era la que tenía que cambiar; le propuse empezar por crear y creer en su potencial, el que tuvo y ciertamente seguía latente en su interior.
El potencial creativo no lo determina las aptitudes para dibujar, componer música, pintar o diseñar muebles, ropa o inventos increíbles.
La creatividad es la forma en que existes en cada nuevo día realizando el prodigio que es vivir.
La base de la felicidad es proporcional a la utilización del potencial creativo; si no lo conoces no eres plenamente consciente de lo que puedes hacer por ti; pero si lo sabes y no lo utilizas, las consecuencias acaban pasando factura.
El sistema cabalístico permite entender y aplicar las medidas necesarias para cambiar el pasado, vivir un presente repleto de objetivos adecuados al programa de vida y diseñar un esplendoroso futuro. No es la panacea, no es un método instantáneo, sino todo un aprendizaje.
Esa es la función de la práctica cabalística, porque ese gran tratado de comportamiento humano no puede relegarse a una enseñanza para eruditos, hay que simplificar, adaptarla a los nuevos tiempos, lo que no significa degradar la información. Se trata de unir la sabiduría intuitiva con el conocimiento práctico, Hochmah y Binah en el Árbol de la Vida y bajarlos a Malkuth, la Tierra de nuestra cotidianeidad.
Los años de consulta de la Cábala aplicada al análisis de temas Astrocabalísticos, que incluyen el estudio de la Carta Astral, el Árbol de la Vida personal, los Genios o Ángeles de la Cábala adscritos al programa de vida, me han dado mucho, una preciosa información que me ha permitido investigar muchos esquemas y comprobar que cuando la persona conecta con su auténtica misión, se abre ante sus ojos, -los del corazón y el alma-, nuevas e increíbles posibilidades de acción y realización personal. Su mundo cambia.
Tal y como he explicado en anteriores artículos, cada edad, cada etapa de la existencia trae un sinfín de enseñanzas que pasan, en un altísimo porcentaje desapercibidos y se desaprovechan los valores, los mensajes que aportan.
Al diseñar el curso de Las etapas de tu Vida en relación con el Árbol de la Cábala, he tenido yo misma que hacer mucha moviola, ir de atrás a adelante para ir desgranando paso a paso lo que ha sido mi vida en función de la relación del Árbol y los Sephirot, y comprobar que cuando algo no ha ido como la seda, es que algo había fallado en el principio del recorrido, y en esa práctica, los buenos resultados me han permitido averiguar en qué punto está la psique y el corazón de la persona que necesita ayuda.
Es cierto que no todos tenemos la misma velocidad de crucero pero saber qué espera de ti la vida de los 15 a los 18 años, lo que puedes y no debes “exigir”; de lo que tienes que sacar de los 27 a los 30 años, de los 30 a los 33; o de la crisis de los 42 a los 45 años, sobre todo si no has resuelto conflictos de etapas anteriores, es una gran ventaja porque alineándote al diseño del Árbol de la Cábala, ese mapa de conciencia bien organizado y definido, puedes centrar tus objetivos y acertar en tus decisiones.