A raíz del festejo del 11 de septiembre, día de la comunidad en la que resido, Cataluña, y de la cadena humana que a lo largo de más de 400 kilómetros reunió a casi 2 millones de personas en un acto solidario sin parangón, recordé las palabras de mi padre, Kabaleb, respecto al poder de las energías que se enfocan hacia un mismo objetivo.
Sin entrar en la reflexión política, que no es el propósito de esta web, he leído, no obstante desde varios medios de comunicación, el análisis que hacen las distintas ideologías de lo que ha supuesto esa jornada en la que miles de seres humanos se han movilizado y se han dado la mano en aras de alcanzar su sueño, la independencia de su Estado.
Las palabras de mi padre se referían a un día en que el Estadio de fútbol de Barcelona, el Camp Nou, se llenó hasta los topes para recibir a su club y su entrenador, Johan Cruyff, en un acto en la que la muchedumbre, clamando el nombre de Cruyff, después que este dijese el “ja soc aquí” (ya estoy aquí), hizo retumbar los cimientos de aquel recinto. Mi padre decía que si esa catedral del fútbol pudiese reunir tantas conciencias para proclamar el amor, caerían los muros de la incomprensión y nos beneficiaríamos de una energía sublime que elevaría nuestras almas y nos haría ser mejores personas.
Ayer, más allá de cualquier propósito, lo que vi son muchos seres humanos dándose la mano, cantando y saltando.
Y ayer pensé, y hoy, y mañana lo seguiré pensando, que por encima de credos, tendencias, partidos, creencias, está el ser humano, y eso es lo más importante, lo único importante. ¡Que los que abogan por el objetivo por el que se encadenaron a la marea humana sean felices, y que los que no están en sintonía con los que no piensan como ellos, también lo estén!, porque la unión hace la fuerza y la fuerza del respeto y del amor nos hacen más solidarios.
¿Podemos imaginarnos por unos instantes qué ocurriría y qué podría lograrse si los que se motivan para unas cosas, o los que abogan por todo lo contrario se uniesen y dirigiesen sus esfuerzos en un único clamor, el de superar el miedo, o el paro, o los conflictos, las guerras, todos en un solo canto para derrumbar los muros de la insensibilidad, de la indiferencia, de la parálisis, o la apatía?, ¿qué ocurriría?, pues posiblemente conseguiríamos un mundo mejor.
Ayer, día 11 de septiembre, unos cuantos celebraron su fiesta, otros recordaron a sus familiares, en el mundo muchas personas nacieron, otros desencarnaron, otros subsistieron, otros más disfrutaron… pero todos lo hicimos a la vez, en el mismo momento, sin saberlo, sin conocernos, sin comprenderlo, ignorándonos. Y sin embargo, en cada momento, inexorablemente éramos Uno. Y ahora mismo, sin que podamos hacer nada por detenerlo, seguimos siendo Uno.
la union hace la fuerza !
muy bueno articulo, ma co!
que la union haga la fuerza , entonces, para un mundo mas feliz, mas quieto, mas sano, aquí, y allà.
Que los proyectos sean mas grandes que nuestra individualidad, y que todos juntos tengamos la posibilidad de hacerlos reales ....
"I've a dream..."