Hemos hablado con la esencia de Hesed de la presencia de Hasimha, la alegría en nuestro organismo, cuando las células se llenan de luz, el fluido energético que abastece nuestro organismo se siente permanentemente revitalizado y la luz penetra con fuerza en nuestro interior. Dicen que la felicidad es un estado paradisiaco y decíamos en anteriores capítulos que volver al paraíso es una de nuestras principales tareas en cada encarnación. Alejarse de él es negar la existencia y despreciar nuestro objetivo principal y las funciones más vitales, expresivas, y amorosas de la existencia.
Por otra parte, hay muchas maneras de alterar los procesos creativos cuando no respetamos nuestra chispa divina y es algo que no puede perpetuarse. Negarse a vivir es alterar nuestra historia y es cuando la rectificación nos llega a través de la “Severidad”, Gueburah, o Geburah, Gimmel (ג), beth (ב),vau (ו), (ו), resh (ר), heth (ה), la Inteligencia Radical que actúa en nuestros mecanismos internos. Entra en funciones porque el Guerrero, el quinto Sephirah, segundo debajo de Binah en la Columna de la Izquierda, se activa para reprogramarnos y reformar lo que se ha alterado.
La luz de Hesed desactivada o mal canalizada da lugar a ciertas debacles en la organización de nuestro microcosmos y el Pilar de la Derecha del Árbol de la Vida se desequilibra. Gueburah ataja los excesos. Podríamos decir que tener demasiado de todo acaba fomentando la excesiva complacencia, la comodidad, incluso la pereza. La gula pasa factura. Cualquier exceso también pone de manifiesto la necesidad de aplicar el bisturí cósmico y de esto se encarga Gueburah, la fuerza marciana. La reordenación interna nos permite comprender que la dinámica divina no puede alterarse descontroladamente.
Muy interesante
Me encanta tu trabajo. Gracias
Personalmente opino k sería más acertado y fácil de...
Hola Milena, no sabia lo del Dia de la Felicidad, tan necesaria. Hermoso ejercicio. Gracias...
Gracias estoy aprendiendo
Gracias por la información. Me ha sido muy útil.