Donald Trump y Elon Musk, cogidos de la mano ascendiendo por la Escalera de Jacob.
Anoche tuve un sueño tan impactante, casi cinematográfico, que me desperté convencida de que, a partir de la Luna Nueva de Acuario, en conjunción con Plutón, (29/01/2025), todo iba a cambiar.
Soñé con Donald Trump y Elon Musk, era un sueño lúcido, mantenía mi conciencia despierta.
Primera escena
La primera escena se situaba en el dormitorio de Donald Trump. ¿Pero qué hacía yo allí, a los pies de su cama, escuchando su respiración entrecortada?
Todo estaba en penumbra, pero podía distinguir su silueta reclinada. De repente, una luz brillante surgió sobre su cabeza. Pensé que se despertaría, pero él continuó dormido. Esa luz tomó la forma de una figura humana, translúcida.
Me sorprendió, pero en lugar de asustarme, ¡pensé que ya éramos muchos en la habitación! El ser de luz captó mi curiosidad y mi jocoso pensamiento y se acercó con dulzura.
Parecía conocerme, y me comunicó mentalmente que estaba a punto de contemplar algo sorprendente. Entonces vi a Trump salir de su cuerpo, era como un holograma, presente en su cuerpo de luz, mientras su forma física permanecía en la cama. La atmósfera se iluminó y, en ese instante, comprendí que estábamos allí para un propósito especial.
Donald no parecía demasiado extrañado, sino más bien divertido, como liberado de su pesado cuerpo. El ser nos informó que debíamos emprender un viaje.
En cuestión de segundos nos encontramos a los pies de la cama de Elon Musk. La situación se tornaba cada vez más interesante. Tanto Donald como yo nos sentíamos como niños con un juguete nuevo. Allí estaba Elon, durmiendo plácidamente, ajeno a nuestra presencia. En un instante, también vimos su cuerpo de luz, observando su forma física.
¿Cuál era el propósito de esta extraña experiencia?
Esa pregunta resonó en nuestras mentes, y nuestro guía lo captó de inmediato. Sin demora, nos trasladamos a una nave que flotaba sobre montañas; la experiencia era tan natural que no sentíamos temor. Entramos en una gran sala acristalada y nos sentamos frente a una pantalla de cine. El guía nos indicó que desfilarían imágenes específicas y que debíamos prestar atención.
Las primeras escenas mostraban la vida de Donald Trump a toda velocidad, desde sus derrotas hasta sus aciertos. Observaba cómo sus decisiones impactaban a millones de personas. Sentía el peso de sus elecciones, tanto las buenas como las malas, y comprendía que no podía escapar de las consecuencias de sus actos. Entre la pasión y el dolor, sentía toda esa carga de emociones contradictorias, oyendo los gritos de júbilo de las personas a las que había favorecido, y el quebranto de quien perjudicó y humilló.
De repente, la pantalla se volvió blanca, mostrando el momento de su partida, cuando dejaría esa existencia, pero no le enseñaba la fecha. La pantalla se volvió a iluminar para revelar el nacimiento de una niña. Donald, aturdido, comprendía que era él mismo reencarnado, y que su futuro dependía de lo que había hecho y de lo que aún le quedaba por hacer para cargar con más o menos karma en la siguiente vida.
Elon Musk, atento al proceso, sabía que él sería el siguiente. Las imágenes de su vida se presentaron en un torbellino, destacando sus éxitos y decisiones arbitrarias. Su increíble poder, -a menudo desmesurado-, contrastaba con la realidad de aquellos que carecían de recursos. La bondad y la malicia se entrelazaban en su historia. La pantalla en blanco dio paso al nacimiento de una niña, quien sería él en su próxima reencarnación.
Se suponía que yo también debía participar en esa revisión, pero el guía me informó que solo había sido elegida como espectadora para contar la experiencia más tarde. Ambos, Donald y Elon, estaban atónitos, conscientes de que sus vidas debían cambiar tras estas revelaciones.
El poder otorgado tiene un propósito
Nuestro guía explicó que el poder otorgado tiene un propósito: mejorar la condición humana. Cuando se dirige el destino de millones de personas, debe hacerse con conciencia, solidaridad y respeto, no por gloria personal. Aquellos que tienen la capacidad de realizar cambios significativos deben hacerlo en beneficio de los menos afortunados, creando un mundo más solidario. Esas eran sus responsabilidades en esta encarnación, para que el fantasma del pasado y del futuro no tuviese que visitarlos y advertirles de sus errores.
Yo estaba emocionada, deseando participar en esos cambios, preguntando al guía cómo hacerlo. Me reveló algunas verdades que guardo para mí, porque Donald Trump y Elon Musk son las verdaderas estrellas de esta historia.
Estoy convencida de que ellos podrían cambiar el mundo para el bien de la humanidad. Ojalá pudiera explicarles el contenido de este sueño, que es, sin duda, una realidad en los mundos sutiles que aún no ha podido manifestarse en nuestro plano físico.
La escena final fue muy hermosa. Nuestro guía desplegó el holograma del Árbol de la Vida extendido, símbolo de la Escalera de Jacob por donde transitan los Genios o Ángeles de la Cábala. Ellos, tomados de la mano, ascendían peldaño a peldaño, sintiendo cómo su vibración celular se elevaba y su conciencia se nutría de esencia angélica.
Fue entonces cuando me desperté.
Podéis imaginar el impacto de este sueño. Me llena de esperanza pensar que podría haber un despertar en estos dos líderes, que sus conciencias, unidas por un objetivo común, estén dispuestas a utilizar su poder en favor del Amor. Tal como decía Martin Luther King, sí, he tenido un sueño.