Pereza: la Luna
La pereza es una transgresión que te lleva a procrastinar hasta anular tu voluntad de acción haciendo inoperantes tus iniciativas.
La pereza es un “pecado” lunar que se genera debido a una perturbación de las funciones encomendadas a la Luna en la carta Natal.
En Cábala la Luna se sitúa en el Mundo de Formación, en Yesod, el 9º Sephiroth del Árbol de la Vida, lo que implica una actividad que debe desarrollarse porque la Luna produce las imágenes internas que llamamos imaginación a través de la cual nos desplazamos explorando lugares remotos de la psique, de otras dimensiones, de las emociones, lo que supone un encuentro entre la realidad y la fantasía. Pero como un día la fantasía se convertirá en realidad, en nuestro fuero interno primero y después en el exterior, la Luna-Yesod nos permite investigar, indagar, ir a buscar motivaciones, y los efectos de la pereza, como diría Kabaleb, bloquean la imaginación, imposibilitan la progresión emotiva, intelectual, espiritual; impiden prosperar, diseñar, que la mente se libere de los arcaísmos que la mantienen atada a un pasado ancestral. Una cosa es honorar a los ancestros, y otra distinta es quedarse anclado al pasado, a las ideas preconcebidas, caducas, obsoletas en un mundo que tiene que re-emprender una subida por el Árbol hacia los Mundos de Arriba.
El movimiento y la Luna
Yesod Luna es la expresión de la vida recopilando datos de los cuerpos del Deseo, Astral y Mental, y sus atributos fijan imágenes y hechos dándoles fuerza y esplendor para que la voluntad se vea forzada a realizarlos. Sabemos que existen mejores y peores deseos, pero la calidad de estos dependerá de los mecanismos personales y de su utilización, pero en realidad, lo esencial es que se exterioricen de una manera u otra para no quedarse bloqueados. Esta es la tarea lunar en un horóscopo, producir movimientos, la pereza los restringe. Cuando la pereza obstaculiza esas funciones, en palabras de Kabaleb: el individuo se convierte en este “Tibio al que Dios vomita de su boca”.
Si en nuestra naturaleza física la Luna rige las funciones de asimilación, secreción, disolución y coagulación de los elementos que nos permiten la renovación periódica de nuestros átomos y moléculas, de la misma manera funcionará en cualquier otro plano. Así la Luna nos conecta con el discurrir del universo y nos aporta las provisiones que destilan los 8 Sephiroth del Árbol, de Kether a Yesod. Pero si en la esfera número 9 se bloquean todos los mensajes, todo el material administrado y nada sale de él, perturbará sin duda nuestros cuerpos, en el físico producirá dolor; en el mental, las ideas no fluirán, y en el emocional será el secuestro sentimental, y al no expresarse armoniosamente, todo acabará siendo improductivo. Los que sufren de pereza no es que no tengan nada que hacer, es que se abandonan, no utilizan sus recursos, su Luna está estática y no hay nada peor y contra natura que una Luna, -que se mueve a razón de 2 días por signo y que tiene 4 fases-, se quede inerte. La pereza produce una vida muerta, o como sentencia Kabaleb: “un ser inútil para sí mismo y para los demás”.
¿Cómo salir de esta inercia?
Produciendo movimiento y pidiéndole ayuda al Sol, que es pura conciencia. La voluntad se estrena y se entrena. La pereza es un defecto que puede pasar por leve para quienes no calculan el alcance de sus consecuencias, pero cuando no te esfuerzas justificando tu desidia, o porque la vida te ha tratado mal, o porque crees que tus esfuerzos no llegan a ningún sitio, porque has tirado la toalla, o porque crees que nada va a cambiar por más que hagas, estás generando unos efectos muy perniciosos para tu salud, para tus proyectos, para tu entorno, porque todo lo que ocurre en Yesod pasa al depósito de las memorias del mundo y posiblemente los que dependan de ti sufrirán esta lacra. No hay nada peor que unos padres, unos profesores, unos dirigentes perezosos, los hijos, alumnos, o súbditos se contagiarán rápidamente de esa patología.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar decía el poeta…lo importante es ponerse en movimiento en todos los ámbitos de la existencia para restablecer las funciones perturbadas.