La Soberbia es un defecto que empobrece la conciencia y lastima profundamente el corazón
La Soberbia, definición
La Soberbia se define como una excelsa valoración de la personalidad narcisista; es la vanidad de mirar a los demás por encima del hombro, o con fría indiferencia y distancia. Kabaleb dice que la Soberbia tiene funestas consecuencias porque se trata de un pecado “solar”, y se expresa como un atentado al programa humano del que la padece y que en la mayoría de casos ni siquiera se entera de que la sufre.
En la lista de “Peshas”, dejamos para el final el análisis de este defecto porque si bien los otros 6 pecados capitales perturban muy determinadas tendencias relacionadas con los arquetipos planetarios que representan, la Soberbia es una afectación del corazón como motor de la voluntad de acción a favor de las motivaciones positivas que la persona debe realizar.
La Soberbia, astros y mitos
El símbolo del Sol es un círculo con un punto en el centro para indicarnos la naturaleza “perfecta” de una energía que luce fuera y dentro del ser humano. La cultura del Sol es la más antigua de las referencias de nuestro mundo; para los más primitivos el astro solar era el mismísimo Dios Todopoderoso. Aunque ahora enfocamos nuestras creencias en un sentido menos literal, el Sol siempre será el motor de nuestro universo; el arquetipo solar es el principio fecundador.
Para la Mitología griega el Sol es el símbolo del dios Apolo, padre de la medicina, el arquero de la luz que libera la conciencia y que permite armonizar los deseos trascendiéndolos. Es además el bienhechor de las cosechas, de la sanación. Domina sobre las artes y las ciencias.
Para la Astrología el signo natal es aquel donde se sitúa el Sol y marca el programa de vida de cada persona. Simboliza la voluntad de ser; el motor del Yo Superior, la esencia masculina, el héroe. Determina la capacidad de liderar la propia existencia, de ser noble, fiel, generoso y mantener la unidad en todos los cuerpos, físico, emocional, mental y espiritual. Se sitúa en Tiphereth en el Árbol Cabalístico, centro de la Suprema Conciencia y armonía del ser humano
Vemos la extrema importancia de este arquetipo y por lo tanto sus disonancias también serán sonadas, con el riesgo de no escuchar la voz de la conciencia, de dejarse dominar por los instintos; de manifestar orgullo, vanidad, exaltación egoica; de demostrar una ambición desorbitada, todas, en definitiva, expresiones de la Soberbia.
El Sol es el arquetipo encargado de movilizar la voluntad para que el designio de cada persona se cumpla. Pero cuando la personalidad se exalta descontroladamente se produce una sobrecarga energética y su efecto puede producir la exaltación del ego inferior, entonces el individuo parece un “iluminado” y se comporta con Soberbia. Sus mecanismos internos, al funcionar a una cadencia demasiado acelerada, descubren sus ínfulas de poder, se come el oxígeno de los demás, quiere imponer su criterio y desprecia a quien no le sigue, proyecta entonces su súper Yo egocentrista. Algo le dice que es poderoso, pero la Soberbia le incapacita para canalizarlo adecuadamente.
Soberbia, conciencia y caos
Al soberbio hay que ayudarle a canalizar su luz interior porque la súper-conciencia de sí mismo genera un caos y es cuando se cree superior al resto de los mortales. Ciertamente es portador de una “misión”, pero la falta de sabiduría le desvía de la autenticidad de su programa humano. Es decir que del soberbio al héroe va solo un paso, pero conseguirlo es una empresa que requiere mucha integridad y conocimiento.
En la personalidad interior todas las tendencias están trabajando en la edificación del Yo Nuclear, del Yo más elevado, pero cuando este deseo se desvía de su propósito, se alza una muralla que lo separa de otras personas, se cree pertenecer a una élite. Tenemos un triste y claro ejemplo de Soberbia institucional en la figura del mandatario Donald Trump que peleaba por la construcción de un muro para separar EE.UU. de México. Así vemos, como dice Kabaleb, que su propósito trabaja en asuntos que él cree de primera línea, al servicio de causas que a él le parecen sublimes con el único fin de conservar su hegemonía. Por lo tanto, la Soberbia no es solo una lacra para quien la padece, sino una degeneración social de primera magnitud.
Los efectos de este “pecado” capital consisten principalmente en fragmentar la voluntad que se desconecta del acceso a la sabiduría provocando una aislamiento progresivo. Recuerdo el caso de una persona que solía alardear permanentemente de su estatus económico y profesional hasta el punto que sus amistades empezaron a rechazarla, el colmo fue cuando se jactó de un aumento salarial ante un amigo que acababa de quedarse en paro.
Cuando la Soberbia se instala en la personalidad sus efectos pueden acabar afligiendo el corazón, órgano regido por el Sol en el cuerpo físico, y entre otras cosas, la ruptura de afectos.
Identificando la Soberbia
La Soberbia se presenta bajo distintos matices, no solo mediante el orgullo manifiesto, sino también como forma de coacción verbal y emocional: quien hace callar a su interlocutor blandiendo sus razones por encima de todo; quien alardea soluciones a destajo donde otros parecen haber fracasado; quien desprestigia o mina la moral de quien tiene cerca; o quien utiliza el “ya te lo dije”, está “pecando” de Soberbia.
Y soberbi@s hay en todas partes, fuera y dentro de la personalidad. La observación de nuestras actitudes es lo que puede poner coto a este pésimo defecto y aplicar el mejor de los antídotos: la humildad.