Es todo un acontecimiento para los nativos de este signo de aguas profundas, pero también para todas las Casas astrológicas que active este planeta a su paso por esta estancia zodiacal. La Astrocábala se refiere a Júpiter como la expresión del Sephirah Hesed, sinónimo de paraíso.
Tránsito en Escorpio
Los tránsitos de Júpiter son siempre muy determinantes porque a lo largo de todo el periodo en que se queda activando un signo zodiacal, ponen de manifiesto la necesidad de enfatizar numerosas cualidades, de sacar a la luz el potencial personal, de creer en la suerte, en el empoderamiento; permiten recuperar el optimismo y agilizar las posibilidades de acción.
Júpiter es el planeta de la abundancia, de la bondad, de la expansión y de la suerte, entre otras muchas cualidades. La mitología se refiere a Zeus para los griegos, y Júpiter en el panteón romano, como el dios de los cielos, fuerza omnisciente que reina sobre todas las cosas, es hijo de Cronos-Saturno, el dios del tiempo y del destino. Cronos se enteró de la maldición que pesaba sobre él vaticinada por Ouranos y Gaia, el Cielo y la Tierra: sería destronado por uno de sus hijos. La solución que adoptó fue tragarse a todos sus vástagos a medida que iban naciendo.
Política activa: entropía y sintropía, el caos creativo que promueve la resolución de conflictos
Rebelarse promueve la sedición interna; y una vez que calienta motores, se sube a la azotea de la conciencia y nos insta a trascender.
A raíz de las palabras de un buen amigo que me comentaba su visión del caos actual en el que vivimos y desde la perspectiva de lo que es legal o ilegal, de lo que es políticamente correcto e incorrecto, -en su opinión-: quien es impasible es que es cómplice de la barbarie, refiriéndose al contexto de lo que está sucediendo ahora en el ámbito político y social. Su frase me ha hecho reflexionar acerca de los debates que se multiplican en las redes sociales, en los medios de comunicación y en la calle.