En el hemisferio norte se celebra el regreso del Sol a partir del 21 de diciembre. Se supone que hemos adquirido más conocimiento, la sabiduría nos lleva al triunfo del Sol-conciencia y estamos en disposición de crear, de construir sólidamente nuestros propósitos. Cruzamos la Puerta de los dioses. Coincide a pocos días con la Natividad, el 25 de diciembre, símbolo de un nuevo alumbramiento, el renacer de la luz. Este ritual es más íntimo y personal, de recogimiento y fiesta interior. Según la Cábala, en el hemisferio Norte, el solsticio de invierno activa la letra 2º HE del Tetragrama y en el hemisferio Sur el solsticio de invierno activa la letra HE del Tetragrama.
Es el solsticio de invierno, en el que se celebra el regreso del Sol porque los días crecen y después del triunfo del Sol-conciencia en nuestro interior, (solsticio de verano), que nos ha hecho más conscientes y sabios, podemos sentirnos dioses creadores. La llamada Puerta de los dioses, -cuando los días empiezan a alargarse-, supone el nacimiento de una nueva personalidad.