El tsunami Trump y el efecto mariposa

Campo de lavanda  con arbol en el centro

El tsunami Trump y el efecto mariposa

Donald Trump dentro del efecto mariposa

Hemos hablado a menudo desde esta tribuna, del mundo, de sus gentes, de los cambios, de las convulsiones, de la necesaria conciencia que hemos de poner a los procesos vitales y no se acaban los temas de interés, en todo caso me faltan horas para escribir y expresar todo lo que me produce esta humanidad, sedienta de conocimiento por una parte y saturada de emociones por otra.

Me crié con la consigna del “al revés te lo digo para que me entiendas” y, poco a poco, fui experimentando esta sentencia que me llevaba a tomar dos tazas cuando no quería caldo. Los seres humanos tan imperfectos en su desarrollo y sin embargo tan infinitamente capaces en sus potencialidades, con duchas de agua fría aprendemos que el calorcito es fantástico y bajo los efectos de una extrema canícula, a valorar el fresquito. Entre tanta movida, nos quejamos, denunciamos, nos declaramos a favor o en contra; militamos en un bando o en otro, aunque hay a quien ni siquiera le interesa.

Y seguimos sumando convulsiones, la gente echa humo con la reciente toma de posesión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que día sí y día también causa estragos con sus decretos y declaraciones que afectan nuestra sociedad y nuestra psique. Todo lo que ocurre fuera, también ocurre dentro, como el efecto mariposa, ese concepto que expresa la idea del caos en el que cualquier perturbación en un sistema determinado repercute en otro sistema susceptible de recibir su influencia. El término efecto mariposa fue acuñado por el meteorólogo y matemático Edward Lorenz al referirse al proverbio chino que reza: “el simple aleteo de las alas de una mariposa puede cambiar el mundo”, tratando de explicar que las variaciones meteorológicas en determinadas condiciones son sensibles de causar grandes cambios en el clima mundial.