La ecología nos pide que seamos más conscientes de lo que contaminamos: ¿Tú reciclas?
La polémica de los lazos amarillos versus lazos rojos, yo los pongo y tú los quitas, está llegando a un nivel de crispación digna de un folletín de la saga de Dallas. Hay quien se dedica a colocarlos y quien se entretiene en quitarlos. Unos y otros reivindican sus opiniones mediantes símbolos: lazos, banderas, himnos, etc.., más allá de la esencia, del fondo de la cuestión, se vuelcan en el efecto, tratando de exponer, blandir, reprimir, ofender al contrario en una discusión bizantina, que se está quedando en una pantomima, cuando las motivaciones profundas, los sentimientos y exaltaciones emocionales, el significado real, se están quedando en ascuas. Ambos frentes están en pie de guerra tirándose los bártulos a la cabeza cuando, a mi entender, el deseo de solucionar las cosas, de dialogar, se ha esfumado o estancado.