La mejor opción, sigo creyendo en el Amor

Campo de lavanda  con arbol en el centro

Haz el Amor y no la guerra

Haz el amor y no la guerra

Desde la certeza que confiar en un mundo mejor es siempre la mejor opción, sigo creyendo en el Amor

Haz el amor y no la guerra. Esta era la máxima a finales de la década de los 60 del siglo pasado, cuando se reivindicaba el pacifismo frente a la guerra de Vietnam; cuando la contracultura se erigía con la figura de los hippies que tomaban las calles poniendo flores a los cañones y escuchando música lisérgica, con un aire trascendental; cuando se pusieron de moda las camisas de flores y la necesidad de romper tabús. Los que vivimos los resquicios o los efectos colaterales de este movimiento heredamos el make love, not war, como un lema grabado a sangre y fuego, teniendo muy claro que el amor es la clave, la consigna para que la vida en el planeta sea posible.