Cuando se reprimen los ideales de un pueblo, la insatisfacción llega al límite y las cadenas se rompen. La consigna de Mayo del 68 está más viva que nunca: 'Seamos realistas, pidamos lo imposible'.
Mayo del 68
Hoy se cumplen exactamente 50 años del desalojo de la Universidad de la Sorbona en París por parte de la policía antidisturbios, el 3 de mayo de 1968. Aunque muy jovencita aún, recuerdo vívidamente el impacto de aquellos días en los que se paralizó el país en una unión sin precedentes. Al levantamiento estudiantil se unió el resto de la sociedad, el proletariado se rebeló. La sociedad se unió para defender a sus “hijos”. Se sostenía un movimiento que dio la vuelta al mundo y sentó un precedente en la historia de las luchas por los derechos de aquellos que querían cambiar, primero las leyes respecto a las injusticias educativas universitarias, (lo que empezó en la Universidad de Nanterre el 22 de marzo, y que acabó en el cierre de esta el 2 de mayo, y que fue la gota que colmó el vaso), y después el mundo.