La felicidad es una condición natural cuando conectas con la vocación de descubrir tu auténtica humanidad.
Formar parte de un proyecto tan grande y tan trascendental, de un acontecimiento que puede cambiar el rumbo de la existencia de miles de millones de seres del universo resultaba tan emocionante, tan comprometido, que todos los congregados estaban, por primera vez y al unísono, completamente atónitos, en una Cumbre que prometía cierta esperanza en el ambiente, tal vez las cosas se podían arreglar.