Hace meses que empezamos con nuestras crónicas saturninas desarrollando toda una serie de temas para hablar de Saturno, este dios del tiempo que nos acecha. La paradoja es que Saturno no es un planeta rápido, se toma su tiempo en cada estancia zodiacal, unos 2 años y medio para asegurarse que el trabajo, las tareas encomendadas, se hagan bien hechas.
Hemos publicado ya :
La familia, la educación, el trabajo, la sanidad, la banca, la política, la economía
Durante todo este tiempo, este severo planeta ha ido avanzando hasta situarse en el segundo decanato de Escorpio. A final de diciembre de 2013, el día 29, estará en el tercer decanato de este signo aunque por poco tiempo ya que su marcha retrógrada en marzo volverá a situarlo en el segundo decanato, dando un buen repaso a las asignaturas pendientes, será como volver a examinarse. Por lo tanto, durante este tránsito mejor ponernos las pilas para dejarlo todo “atado y bien atado”, -en el mejor de los sentidos-, para que cuando vuelva a su decanato propio, el segundo, no nos vuelva a trasquilar.
La Astrología cabalística no tiene nada en contra de este planeta, ya que solo trata de sacar el mejor partido de nuestras estructuras, no solo nos limita, sino más bien nos ayuda a poner las cosas en su sitio. Si repasamos los artículos anteriores de Saturno, podemos comprobar que el desgaste de ciertos ámbitos, como por ejemplo el de los políticos que no han hecho los deberes, y que a nivel general tratan de utilizar el poder y sus medios afines, lo legislativo y ejecutivo, para coaccionarnos dando una vuelta de tuerca más a nuestras libertades. La parte positiva es que nos obligan a posicionarnos, a saber lo que queremos y lo que no queremos y por lo tanto, a manifestarnos. Ahora tendremos que ingeniárnoslas también no solo para reinventar nuestra economía, sino para que nuestras reivindicaciones se adapten al “formato” establecido con las nuevas leyes para que no nos multen por quejarnos!
Saturno en el 2º decanato de Escorpio está favoreciendo los trabajos de interiorización de los sentimientos propios de Escorpio y por lo tanto es un decanato regido por Marte-Gueburah, el guerrero del Zodíaco y el artífice de la lucha, pero es una lucha que va por dentro y que posiblemente salga cuando Saturno pernocte por el tercer decanato. Kabaleb nos dice al respecto que:
La clave de este Decanato es Agua-Agua que, en el plano anímico, son sentimientos, emociones, deseos que se oponen a sí mismos, que permanecen encerrados en una esfera profunda sin aflorar al exterior y se encuentran así como en un mundo de silencio, aislado de los demás por una pared invisible, viviendo intensamente hacia dentro en lugar de hacerlo hacia fuera. Nadie sabe lo que siente; nadie sabe la explosión de vida que se desarrolla en su interior. Quizá quienes le observan digan que no se interesa por nada, que es el clásico: «no sabe, no opina, no contesta», pero se equivocan, porque hay en él una gran sensibilidad que no encuentra cauces para expresarse y el día menos pensado se descuelga con un acto desmesurado que nadie había previsto.
Ese estado interior que no sabe no contesta podría ser el que atraviesa la cultura de nuestro país, o los representantes de dicha cultura, que parecen haberse puesto todos a meditar. No se oyen muchas voces clamando por saber la verdad en tantas cosas ocultas y que salen a trancas y barrancas a la luz, ni para aunar esfuerzos, codo a codo con los ciudadanos de a pie que posiblemente se sienten ofuscados, desamparados, enfrascados en las lecturas de sus facturas, más que en libros de culto; y estos mismos ciudadanos no se prestan a saber qué o quién escribe para revindicar un mundo mejor, más justo y libertario.
Decía san Agustín
“háblale de Dios a quien tenga la panza llena”.
Esta podría ser la consigna más común en los tiempos que corren. Hablémosle de libros, de sapiencia, de instrucción a quien tenga el estómago contento.
Pero, ¿acaso no fueron los mayores creadores de culturas los que pasaron hambre o vivieron en pésimas condiciones? Sí, en tiempos pasados hubieron grandes literatos, músicos, filósofos, pintores que dieron ejemplo de que cultivarse era nutrir el alma y cuando el pan faltaba, buenos eran los versos o los colores en los lienzos.
Ahora son tiempos distintos, con una crisis distinta…, y Saturno está apretando el mundo de la cultura, recortando las subvenciones destinadas al cultivo del espíritu, del saber, del interés por estudiar, aprender, instruirse y empaparse de grandes legados de la historia de las culturas. Hay quien pueda pensar que es más importante comer que leer, y es cierto en un orden de prioridades que nos lleva a deducir que sin alimento, no es posible leer, es decir vivir, pero alimentarse no es atiborrarse, algo que suele suceder a menudo en el “primer” mundo como suele decirse. Instruirse nos permite saber que hay muchas poblaciones que pasan hambre.
Saturno en este decanato está jerarquizando y a la vez poniéndonos en un aprieto con nuestra prioridades. Obedece en la mayoría de casos a métodos, comportamientos y razones inconscientes que siguen la voz de la inconciencia o de los instintos, y éstos nos obligan a pasar revista a no pocas verdades. Vivimos momentos intensos y tenemos que redimensionarnos.
El trabajo obligatorio de este segundo Decanato es comunicar la luz al mundo exterior para no convertir en ideas caducas y obsoletas nuestros propósitos. Cuando un gobierno reduce la subvención al mundo de la cultura, a esta le toca revindicar, luchar más que nunca por que sus voz se oiga y unirse en un propósito común para hacer frente al hambre de pan y de versos, porque lo uno y lo otro nos permite succionar un alimento esencial para el ser humano y nos ayuda a sublimar el afán de supervivencia que nos lleva a la debacle, al miedo de desfallecer por inanición.
Saturno en Escorpio pone énfasis en la construcción de un objetivo determinado. Para unos este objetivo puede ser volver a un pasado remoto en que la cultura estaba al servicio de un bien común, el que decidían unos cuantos según su conveniencia; para otros, levantar las barricadas contra un poder fáctico que se aleja de las necesidades del mundo de la erudición. Y a todo esto, ¿quién gana?: La televisión.
El mundo de la cultura ha cambiado con la oferta y la demanda de una sociedad que se tiñe de languidez cuando se trata de seguir el hilván de letras, negro sobre blanco impresas sobre el papel. Pero el Dios del Tiempo, Saturno, es al fin y al cabo conservador y pretende salvar de la “quema” los “viejos” y maravillosos hábitos de leer, de contemplar, de aprender de la experiencia de las cosas bien hechas, (¡Urano en Aries ya se encarga de ponernos al día con las nuevas tecnologías!)
Uno de los recuerdos más maravillosos de mi infancia son los ratos de lectura que nos dedicaba mi Padre cada domingo a la hora del desayuno. Reunida toda la familia, mis hermanos y yo, bajo la atenta mirada de mi Madre, nos introducía en el fantástico mundo de la lectura, desde los clásicos, el relato de la Ilíada y la Odisea, eran de de mis mayores deleites, a los literatos antiguos o contemporáneos, pasando por biografías de personajes relevantes de la historia, a los despropósitos de Tartarín de Tarascón, de Daudet, las delirantes narraciones de Rabelais, o las Mil y Una Noches. Todas nos hacían soñar.
Ahora los más pequeños saben poco de Verne, de Ségur, de Dickens o de Salgari, son más proclives a Disney, y los juegos de rol han desbancado las aventuras novelescas; y aunque casi todo es útil, hay modelos de antaño que no deberían perderse. Tal vez Saturno en Escorpio nos esté animando y permitiendo volver a pensar en todo ello. Tal vez los que abogan y defienden la cultura deberían acercarse a las pantallas de televisión y, superando sus prejuicios, promover desde este ámbito, la reivindicación cultural, mostrar más lo que poseen.
La palabra cultura define el conjunto de un saber que cultiva los dones para hacer las cosas bien hechas, para convertir y mejorar nuestras aspiraciones e ideales. Cultivemos el deseo de alimentar nuestros corazones y nuestras mentes porque de ello depende también que sepamos ser más solidarios y mejores humanos.
La cultura
Gracias Milena....como siempre un articulo excelente. Esta noche mi gata Vanille estaba en una de mis bibliotecas, y hizo caer unos libros, un Kessel, un Zola, así que un Tourgueniev....buena elección...me desperte con este ruido,y pense: que bien de sentirse así acompañada de los libros. Me acompañaron toda mi vida, mis recuerdos varias veces se asocian a un libro, y siguen a mi lado, cada vez mas numerosos, sin contar los de la biblioteca. Este año, quiero estudiar el Yi Jing: el libro de los cambios . Son así los libros; hablan de nosotros, hablan de la vida, hablan del Cielo y de la Tierra, nos dan respuestas, y mas que todo , nos permiten mas preguntas.
Gracias por tu articulo;me quedo con tus " el Dios del Tiempo, Saturno, es al fin y al cabo conservador y pretende salvar de la “quema” los “viejos” y maravillosos hábitos de leer, de contemplar, de aprender de la experiencia de las cosas bien hechas"
y buen taller en Madrid!
Gracias a ti Veronique
Por estar siempre a mi lado y presente en mis lecturas. Sabemos que hay personas que no han leído ni leerán pero que destilan sabiduría por todos los poros de su piel, yo diría que ya lo leyeron todo antes. Pero practicar este "deporte" nos sienta tan bien!!! Un abrazo enorme y amoroso!
En respuesta a La cultura por Véronique