Cumplimos 11 años de publicaciones; Red Milenaria propone y el lector dispone. ¡Gracias por dar valor a todos nuestros esfuerzos!

Iniciar una nueva etapa implica siempre poner en marcha nuevos proyectos partiendo del propósito inicial, pero tratando de dar otros enfoques, o de abrir distintos canales de expresión. Este reto representa una alta responsabilidad porque implica estar a la altura de lo que el lector espera, con el compromiso de abordar temas profundos que interesen, además de estar al día respecto a los acontecimientos estelares que tratamos de analizar en clave simbólica.

¿Qué puede aportar Redmilenaria?

Es la pregunta que me hago a la hora de escoger y desarrollar un tema y tal vez este año la clave esté oculta en la simbología del número 11.

En Numerología, el 11 es el número que recibe el título del “Innombrable”, porque se trata de un número “Maestro”; El 11 es la manifestación de la doble unidad que suma 2, -la máxima expresión del Amor-, si nos atenemos al sentido que tiene en Numerología Cabalística.

Es la dualidad del 1, la Corona del Árbol de la Vida. El 1 es la fuerza suprema que inicia cualquier proceso en el que la voluntad, repleta de impulso amoroso, se manifiesta para crear algo sublime, importante. El 11 es 1+1, y generan juntos en el 2, una altísima vibración, una sabiduría que provoca luminosidad, fogonazos de luz que resplandecen en la profundidad del alma.

La esencia del 11 se manifiesta también en la undécima letra hebraica Khaf, que designa la Fuerza y la Debilidad, el hueco de la mano, la capacidad de recibir y transmitir la energía o la revelación.

El número 11 es la mitad del camino hasta completar Alefbet, el alfabeto sagrado compuesto por 22 letras-Fuerza, que son puros estados de conciencia.

Todos estos simbolismos pueden descubrir y dar sentido a la tarea de este año 11, en el que la exteriorización del pensamiento, de las ideas que Red Milenaria trata de exponer, deberían engendrar nuevos procesos creativos y poner a la disposición de sus seguidores herramientas de conocimiento que contribuyan a comprender la unión de lo divino y lo profano en nuestras circunstancias.

Este es sin duda un propósito muy ambicioso que me lleva a hondas reflexiones y que me genera dudas respeto al rumbo que debe tomar este nuevo nacimiento. Vuestra participación, interacción y complicidad son fundamentales para sostenernos.

Desde esta página, contando con la inestimable ayuda de quien hace posible que las publicaciones fluyan, estamos aquí para atender vuestras sugerencias, para encontrar puntos de conexión que nos permitan comunicarnos y establecer ese diálogo consciente y constructivo sin el cual nada de lo que escribo tendría sentido.

¡Gracias siempre por estar ahí y permitirnos celebrar juntos este nuevo amanecer!