EL TAUMATURGO: El hombre del más allá

Introducción

Los que conocen los secretos de la organización cósmica saben que desde siempre existió una especie de gobierno oculto del mundo constituido por mujeres y hombres que sobrepasaron ya las diferentes etapas de la evolución humana, transformándose en auténticos guías. Estos hombres y mujeres no gobiernan los estados de una manera visible puesto que su poder y su actividad es espiritual, transmiten sus mensajes por vía telepática a los jefes de gobierno y misterios de las repúblicas, y a los reyes en su ejercicio de poder. Fue gracias a su mediación que se pudieron evitar algunas guerras y que determinados conflictos no alcanzaron proporciones desorbitadas.

Pero sus intervenciones no se limitan a los grandes hombres de estado de la política, sino que actúan también en la vida privada de las personas y siempre de una manera muy positiva para ayudarles a superar situaciones difíciles, puesto que una de sus prerrogativas es la de anticiparse a lo que puede acontecer antes que los hechos sucedan. Lo cierto es que son capaces de ver el porvenir, el futuro. A veces pueden evitar situaciones difíciles, aunque hay ocasiones en que no pueden hacerlo.

Esos Seres son muy discretos y nadie, ni siquiera su propia familia conoce las actividades que desarrollan. Adquirieron la capacidad de desdoblarse y la posibilidad de encontrarse en dos sitios diferentes al mismo tiempo, en sus vidas terrenales y en el Gobierno Oculto en la Luz, (efecto bilocación). En determinadas fechas todas estas personas, que trabajan en diferentes partes del mundo, se reúnen con sus cuerpos astrales, es decir no físicamente para  organizarse y decidir dónde y cuándo deben proceder. En efecto, se reúnen en un local (etérico) que designan con el nombre de “Templo”, al que llegan a través de lo que se llama un viaje astral.

Durante mucho tiempo este grupo de hombres y mujeres con poderes superiores estuvo envuelto en el más profundo anonimato. Pero hoy, ahora, han recibido instrucciones para que desvelen al mundo su existencia y para que se sepa que gracias a ellos se evitará mucho caos en la sociedad humana.

Yo tuve la posibilidad de entrar en contacto con uno de estos seres, pero no fui autorizado a revelar públicamente su identidad. En cambio sí obtuve el privilegio de que me contara algunos episodios de sus mediaciones. Este misterioso personaje no hablará por el momento, de alta política internacional, sino de casos humanos importantes que consiguió resolver.

Al preguntarle con que nombre por el cual debía ser presentado al público me contestó: llámame Taumaturgo, el hombre del más allá.

Continuará…